Pov Mew
El pasado....
Este día había sido un completo y absoluto desastre. Perder a dos hombres por esos jodidos moteros ya era bastante malo. Perderlos porque teníamos una rata era peor. No estaba seguro de quién era, no con certeza. Muchas cosas apuntaban a Farid. No había estado en la cena de Navidad hace dos días, pero se suponía que debía vigilar hoy a Lawan.
Era casi medianoche cuando entré a nuestra casa, esperando que todos estuvieran en la cama como siempre. La luz entraba al vestíbulo desde la sala de estar. Siguiéndola, encontré a Alexander jugando en una tableta pequeña en el sofá, sus cejas fruncidas en concentración. Me acerqué a él.
—¿Por qué sigues despierto?
—No puedo dormir. El tío Farid me dio esto.
—¿En dónde está?
—Arriba con mamá. Están jugando.
Ni siquiera levantó la vista, completamente hipnotizado por la pantalla colorida. Era exactamente la razón por la que no había querido que tuviera una de estas cosas.
—¿Jugando?
Alexnader asintió distraídamente.
—Sí. El tío Farid me dio esto para también jugar.
—Quédate aquí y sigue jugando —dije con firmeza y caminé hacia las escaleras, sacando mi arma. Subí las escaleras, asegurándome de no hacer ningún ruido.
Me detuve a escuchar frente a la puerta de la habitación de Lawan. Detrás de la puerta, alguien gruñó y una mujer gritó. No eran sonidos de tortura.
Empujé la puerta. Se estrelló contra la pared detrás de ella.
La furia se disparó por mis venas ante la vista frente a mí. Lawan, mi esposa muy embarazada, se sentaba a horcajadas sobre su medio hermano, ambos desnudos.
Mi esposa estaba follándose a su medio hermano.
Nadie se movió por un segundo.
Lawan dejó escapar un grito, cubriéndose los senos como si tuviera menos derecho a verlos que su puto medio hermano. Una mirada pasó entre ellos, y supe que esto había estado sucediendo durante mucho tiempo, talvez más de lo que ella y yo habíamos estado casados.
El sabor amargo de la traición explotó en mi boca, seguido de la sed irresistible de venganza. Cerré la puerta. Farid empujó a Lawan fuerade él y se lanzó hacia el arma en la mesita de noche. Apreté el gatillo. La bala le atravesó la palma, volándola en pedazos. Sangre y carne salpicaron por todas partes.
Rugió en agonía.
—¡No! —chilló Lawan, tropezando y caminando hacia el arma. Estuve a su lado en dos grandes zancadas, envolví mis brazos alrededor de su cajatorácica por encima de su vientre—. ¡No! —gritó, luchando en mi abrazo.
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DULCE PROVOCACIÓN (MewGulf) ADAPTACIÓN
RomanceLa primera vez que Mew conoció a su prometido, este lo llamó "Señor". Después de perder a su esposa, Mew se quedó a cargo de dos niños pequeños mientras intenta establecer su régimen sobre Bangkok. Ahora necesita de alguien para sus hijos y ademas d...