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"¡Lo hicieron muy bien! Pueden irse." La profesora Ryujin indicó, felicitando a sus alumnos por el arduo trabajo que hicieron, menos a Felix.
Tomó con rapidez los papeles de sus guiones y con la necesidad de irse lo más pronto posible. E iba comenzar a salir del lugar, pero fue detenido por la profesora.
"Felix." Se acercó hasta él, apoyando una mano en su hombro. "¿Qué ocurrió? ¿No te sientes bien? Hoy estuviste muy distante al papel del personaje y te olvidabas de los diálogos." Lo miró con lástima.
"Ah, eso." Intentó sonreír pero le fue imposible. "Estoy bien, sólo estuve un poco distraído. Le prometo que la próxima vez lo haré mejor que nunca." Se inclinó y salió del aula.
Apretó fuerte los papeles con sus brazos, intentando conseguir consuelo en ellos, pero le fue imposible. Lágrimas comenzaron a llenar sus mejillas y se odió tanto por ser tan débil. Pero, lo admitía; no se sentía muy bien desde lo ocurrido con el chico de las notas, Hyunjin.
Sus lágrimas fueron mezcladas con las frías gotas que empezaron a caer desde el cielo. El sentimiento fue más fuerte que no pudo contener un sollozo.
Ahora se encontraba llorando bajo la lluvia.
Su cabello ya estaba húmedo al igual que su uniforme escolar, pero poco le importaba. Aunque se ganaría un regaño por parte de su madre por ser un ignorante a la hipotermia.
No pudo definir el tiempo en el que pasó debajo de la lluvia, porque las gotas fueron desvaneciendo poco a poco. Detuvo sus lágrimas y sollozos, abrió sus ojos cuando sintió que la tela de un suéter y unos brazos le abrazaron por los hombros; y miró hacia arriba, sorprendiéndose al encontrar el rostro de la persona que menos esperaba ver.
Él sostenía el suéter gris que él mismo extendió sobre los hombros del menor. Eso no les ayudaba a mantener una distancia prudente, el rostro de Hyunjin y el suyo estaban demasiado cerca. Entreabrió los labios al ver una hematoma en su mejilla izquierda y un corte en su labio inferior. Por instinto iba a tocar la herida, pero se contuvo.
"Hyunjin..." murmuró, aún sin despegar su mirada en él.
"Hola, Felix." Le regaló una sonrisa suave.
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