Un nuevo verano [Dipcifica]

Prologo

Dipper Pines había experimentado varios cambios notables en los últimos cuatro años. Ahora, con 16 años y acercándose a su cumpleaños número 17 al final del verano, había madurado considerablemente en muchos aspectos. Sus intereses se habían ampliado, y había desarrollado nuevos pasatiempos y habilidades. Sin embargo, una cosa seguía siendo constante: Dipper seguía siendo un nerd de corazón. Su amor por los misterios y lo sobrenatural era tan fuerte como siempre.

En cuanto a su aspecto, Dipper había crecido notablemente. Su voz era más profunda y había ganado varios centímetros de altura, lo que le daba una apariencia más madura. Su rostro aún conservaba ese aire juvenil, pero con rasgos más definidos. Su cabello era un poco más largo y desordenado. Dipper vestía de manera casual y práctica, con una chaqueta azul sobre una camiseta con una estrella. Sus jeans, ligeramente desgastados, y sus zapatillas deportivas completaban un look desenfadado y funcional. A menudo llevaba auriculares alrededor del cuello, listos para sumergirse en su música favorita. Un tatuaje visible en su antebrazo derecho revelaba su lado más rebelde.

—Las propiedades electrónicas de las moléculas en términos de combinación de orbitales atómicos para formar orbitales que abarcan toda la molécula...—murmuraba Dipper, sentado en el escritorio de su habitación, estudiando química avanzada con calma y concentración.

—¡Dipper!—gritó Mabel, irrumpiendo en la paz y calma de Dipper.—¡Dipper! ¡Dipper!

Mabel también había cambiado. Ahora llevaba el cabello más corto y ondulado, y había reemplazado los suéteres por tops igualmente coloridos y extravagantes, que combinaba con faldas o pantalones de colores llamativos. Aún así, de vez en cuando utilizaba sus suéteres, siempre y cuando fueran coloridos. Mabel era una chica muy alta y con buena figura, lo que hacía que muchos chicos se sintieran atraídos por ella. Afortunadamente para Dipper, la obsesión de su hermana por tener novio había pasado cuando cumplió 14 años. Bien dicen que el arrepentimiento llega a los 16.

Mabel saltaba de un lado a otro, repitiendo el nombre de Dipper con entusiasmo. Este solo pudo quitarse sus lentes de lectura, girarse hacia ella con irritación y levantar una ceja.

—Ya suéltalo, Mabel.

Dipper esperando que su hermana continuara con lo que claramente era una noticia importante. Suspiró y se cruzó de brazos, resignado a escuchar lo que Mabel tenía que decir, pues no era su mejor momento después de estar toda la noche estudiando.

—Júrame que no gritarás—dijo Mabel, con una seriedad inusitada.

—No gritaré.

—Júramelo.

Dipper solo guardó silencio, sabiendo que una discusión sobre promesas no llevaría a nada.

—Bueno, como no hablas ¡te lo diré!—Mabel se sentó rápidamente en la cama de Dipper, quedando frente a frente con él.—Estuve hablando con nuestros padres...

—Mabel, no intentes hacer un silencio suspensivo, no te sale—interrumpió Dipper.

—¡Puff! Aguafiestas.

—Mabel, al punto.

—Ah, sí. Estuve hablando con papi, y adivina qué... ¡Volveremos a Gravity Falls!

Dipper se quedó momentáneamente sin palabras. La idea de regresar a Gravity Falls, hizo que su corazón se acelerara. Los recuerdos de sus veranos allí, las criaturas sobrenaturales, los enigmas por resolver, todo volvió a su mente en un torbellino de emociones.

—¿De verdad?—preguntó finalmente, tratando de no sonar demasiado emocionado.

—¡Sí!—exclamó Mabel, saltando de la cama y dando vueltas de alegría.—¡Vamos a pasar otro verano en Gravity Falls!

Dipper no pudo evitar una sonrisa. A pesar de los cambios y el tiempo que había pasado, la idea de volver al lugar donde todo comenzó le llenaba de emocion