3. Sonrisas felices

146 25 14
                                    

Quackity dejó caer aquella charola descuidadamente, causando que ambos chico se sobresaltar al notar la molestia de su amigo.

–Oye –se quejó uno.

–Le diremos a Fit que...

–Si lo hacen, yo le digo que les prohíba la entrada, se la pasan siempre viniendo a ver que chingados estoy haciendo como un par de acosadores.

–Lenguaje.

–Venimos porque es buena la comida.

–Mis huevos, es Philza verdad. ¿Por qué no pueden entender que estoy bien?

–Quackity, no es que no crea en ti. De hecho lo hace, pero igual nos preocupamos.

–Osea que admiten que no vienen porque Philza se los pide, sino porque ustedes son unos acosadores.

Foolish empezó a comer como si nada, mientras Badboy suspiro.

–Lo admito, nos gusta molestarte.

–Como si no tuviera suficiente con los pendejos de Mariana y Aldo.

Se detuvo recordando algo, miro las otras mesas era temprano aquel día por lo que no había tanta clientela por lo que empujó a Foolish al otro haciendo sentándose enfrente de Bad, quien le miró confundido.

–Oye mi amor, aprovechando y recordando que tú eres el mayor chismosos de todos y muy entrometido te sabes los chismes hasta los de la otra esquina.

–No soy tu amor y me ofende que me tengas en ese concepto.

–Pero mentira no es –intervino Foolish.

–Como sea –continuo el menor– Necesito que uses tus dotes chismosos y me digas todo lo que sabes de alguien especial.

–Especial dices, eso suena interesante –tomo su bandeja de comida– ¿Y ahora en qué problema te metiste? Tal vez si debamos decirle a Philza.

–No digas mamadas, no estoy en ningún problema. Es solo que yo estoy muy alejado de los chismes y cotilleos del último año y tu eres uno de ellos. ¿Qué sabes de Auron?

Bad se detuvo de comer frunciendo suavemente el ceño.

–¿Auron? ¿En qué estás metido Quackity?

–En serio, ¿por qué siempre que pregunto o pido algo, todos creen que me he metido en algún problema?

–Simple, eres Quackity.

–Que gracioso Foolish, como sea ¿me vas a ayudar o no? Bad. Sino considera esta bella amistad acabada y tomaré como que odias a los mexicanos, creeme esto me esta doliendo más a mi que a ti, maldito desconsiderado de mierda.

–¡Lenguaje! Por favor Quackity, deja tus dramas para otro momento y no intentes manipularme usando el argumento de que odio a los mexicanos solo por no querer cumplir uno de tus caprichos.

El menor dejó caer dramáticamente su cabeza en la mesa.

–Lo sabía, ustedes no son mis amigos, son mis enemigos, me odian. Ya solo apuñalame, terminen con el trabajo, es más déjame ir patinando en medio de la calle, les ahorraré el trabajo y así...

Foolish miro a Bad formando una cara triste, este suspiro.

–Bien... si te hago este favor. ¿Prometes dejarme en paz un mes?

De inmediato Quackity volvió a sonreír, levantando su cabeza y asentir repetidas veces.

–Genial, ahora vete a continuar con tu trabajo, tendrás la información que quieras dentro de dos días.

Dear DuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora