Capítulo 7: Infiltración en la Fortaleza

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*Después de descifrar el pergamino, el grupo de Zïneyra se dio cuenta de que la única forma de detener a Silas era infiltrarse en su fortaleza y destruir el pergamino original. Era una misión suicida, pero no tenían otra opción.*

"Necesitamos un plan", dijo Obiang, mirando a sus compañeros. "La fortaleza de Silas está fuertemente custodiada. Será difícil entrar sin ser detectados."
"Podríamos disfrazar a algunos de nosotros como seguidores de Silas", sugirió Taylor. "Así podríamos pasar desapercibidos."
Anna asintió. "Es un buen plan. Pero debemos ser muy cuidadosos. Silas es un hombre astuto y desconfiado."
Zïneyra se ofreció como voluntaria para infiltrarse en la fortaleza. "Yo iré. Conozco la ciudad mejor que nadie y puedo moverme sin ser vista."

*Los demás dudaron, pero sabían que Zïneyra era la persona más indicada para esta misión. Después de todo, ella conocía a Silas mejor que nadie.
Zïneyra se disfrazó como una de las seguidoras de Silas y se infiltró en la fortaleza. Logró pasar desapercibida y llegó hasta la sala donde Silas guardaba el pergamino. El pergamino estaba escondido en un compartimento secreto dentro de un cofre.*

Zïneyra aprovechó un momento de distracción de Silas para tomar el pergamino. Pero justo cuando iba a salir, Silas la descubrió.

"Así que aquí estás", dijo Silas con una sonrisa siniestra. "Pensé que te habías olvidado de mí."
Zïneyra trató de escapar, pero Silas la atrapó. La llevó a una habitación secreta y la encerró.

*Mientras tanto, Obiang, Taylor y Anna esperaban ansiosamente noticias de Zïneyra. Sabían que algo andaba mal cuando ella no regresó. Decidieron que tenían que actuar.
Organizaron un ataque a la fortaleza. Los seguidores de Zïneyra, junto con algunos de los habitantes de Malabo que aún no se habían unido a Silas, se enfrentaron a los guardias de la fortaleza. Fue una batalla feroz, pero al final, los seguidores de Zïneyra lograron penetrar en el interior.

Mientras tanto, Zïneyra seguía encerrada en la habitación. No sabía cómo escapar. De repente, escuchó ruidos provenientes del exterior. Eran sus amigos.
Obiang y los demás irrumpieron en la habitación y liberaron a Zïneyra. Juntos, destruyeron el pergamino original. Silas, enfurecido, trató de detenerlos, pero fue derrotado.

Con la destrucción del pergamino, el poder de Silas se desvaneció. Sus seguidores, al darse cuenta de que habían sido engañados, se volvieron contra él. Silas fue capturado y encarcelado.*

Malabo finalmente estaba libre. Zïneyra y sus amigos habían logrado salvar la ciudad.

LA MALDICIÓN DE MALABO🧟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora