Capitulo 1: Comienzo

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Narradora:

*El sol aún no había asomado por el horizonte cuando Zïneyra se despertó sobresaltada. Un escalofrío recorrió su cuerpo, más intenso que el frío matutino de Malabo. Algo andaba terriblemente mal. Alzó la mirada hacia la ventana de su pequeño apartamento en Ela Nguema y se quedó helada. Las calles, que solían estar llenas de vida, estaban desiertas. Un silencio sepulcral reinaba en la ciudad.
Zïneyra se levantó de un salto y corrió hacia la puerta. Al abrirla, un aullido desgarrador la hizo retroceder. Era un sonido que nunca había escuchado antes, una mezcla de dolor y rabia que helaba la sangre. Asomó la cabeza con cautela y lo que vio la dejó sin aliento. En la calle, frente a su edificio, yacía el cuerpo mutilado de su vecina, la señora Nsue. Sus ojos estaban abiertos de par en par, llenos de terror.
Con un nudo en la garganta, Zïneyra cerró la puerta y se apoyó contra ella, tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. ¿Qué clase de pesadilla era esta? Recordó las extrañas noticias que había escuchado en los últimos días: personas desaparecidas, ataques inexplicables, un clima de tensión que se había apoderado de la ciudad. Pero nunca había imaginado que la situación fuera tan grave.
De repente, escuchó unos golpes en la puerta. Era Taylor, su hermano menor.*

—Zïneyra, ¿qué pasa? ¡He oído ruidos! —su voz temblaba.
—Taylor, algo terrible está sucediendo. Tenemos que irnos de aquí ahora mismo —respondió

*Zïneyra, tratando de mantener la calma.
Juntos, los hermanos recogieron lo poco que pudieron y salieron corriendo del apartamento. Las calles estaban llenas de cadáveres y de signos de una lucha violenta. Zïneyra no podía evitar pensar en las historias que había oído sobre antiguos rituales y maldiciones. ¿Sería posible que algo así estuviera sucediendo en Malabo?
Al llegar al hospital de Sampaka, donde Zïneyra trabajaba como enfermera, se encontraron con una escena aún más desgarradora. Los pacientes habían enloquecido y los médicos y enfermeros habían desaparecido. El hospital, que solía ser un lugar de esperanza, se había convertido en una casa de los horrores.*

—Tenemos que salir de aquí, ahora mismo —dijo Taylor, horrorizado.

*Zïneyra asintió. Sabía que no podían quedarse allí. Tenían que encontrar un lugar seguro, un lugar donde pudieran esconderse de lo que sea que estuviera causando esta pesadilla.
Mientras escapaban del hospital, se cruzaron con Obiang, un ex-combatiente que parecía conocer muy bien la ciudad. Obiang les explicó que había estado escuchando rumores sobre una antigua maldición que se había desatado en la selva y que estaba infectando a la gente, convirtiéndolos en monstruos sedientos de sangre.*

—La única forma de sobrevivir es huir —dijo Obiang—. Pero tenemos que ser rápidos. Los infectados nos buscan.

*Zïneyra y Taylor se unieron a Obiang en su huida. Sabían que estaban solos en esta lucha por la supervivencia. Pero también sabían que no se rendirían sin luchar.*

Continuará...

LA MALDICIÓN DE MALABO🧟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora