Martin no recuerda la última vez que había estado tan nervioso como ahora; a lo mejor fue el día que se mudó a Madrid o a lo mejor fue cuando aún vivía en Getxo con su familia. El caso es que ahora mismo, todo él era un manojo de nervios incontrolable.
Tenía, por un lado, a una chica acomodando las pequeñas imperfecciones que pudiesen quedar en su traje inmaculado, al otro lado de su cuerpo estaba su maquilladora haciendo los últimos retoques a su cara para que esté lista para las cámaras y los focos.
Y enfrente suyo estaba la razón de sus dolores de cabeza ahora mismo, y tenía nombre y apellido. Enfrente suyo se encontraba su representante, Mar, que la quería con locura y era una amiga más para él, pero ahora mismo solo hacía que sus nervios incrementasen más y más, con todas las indicaciones e instrucciones que le estaba dando.
-¡Martin!-Chasqueó los dedos enfrente de su cara, haciéndole salir del trance en el que se encontraba.-Te necesito aquí conmigo, ¿me escuchas?
-Sí, claro.-Afirmó, a duras penas, ya que el nudo en su garganta era tan grande que no permitía que las palabras saliesen de su interior.
-Bueno, pues como te decía, los periodistas están colocados a primera fila, cada uno tiene sus preguntas preparadas, tú limítate a responderlas de la forma más natural y cercana posible; habrá algunas que no te gusten, tú respóndelas igual y luego vete. No tenemos tiempo para afrontar un escándalo, así que sé tú mismo, que eres encantador y todo irá bien.
No sabía por qué Mar le advertía tanto sobre el tema de los periodistas, llevaba más de una semana repitiendo el mismo discurso una y otra vez, Martin se lo sabía ya de memoria. Siempre le decía que no tenía de que preocuparse, porque él era una persona encantadora y que cautivaba a todo el mundo. Pero aun así le asustaba que pudiese decir algo fuera de lugar o algo por el estilo.
En todo caso, no entendía la extrema precaución que estaba tomando Mar respecto a ese tema. Ni que fuera a enamorarse de uno de ellos.
Una chica joven se acercó a Mar y le dijo algo al oído. Esta soltó un suspiro, como aliviando su cuerpo.
-Vale Martin, ahora vas a salir allí y te vas a comer las cámaras y la alfombra roja.-Le dio un fuerte abrazo.-Abrazame fuerte, saca todos los nervios.-Él apretó más el abrazo, esto realmente le alivió un poco.-Recuerda, eres guapo, tienes talento, la gente ya te quiere, solo sé tú mismo, y disfruta de este momento.
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Podríamos ser eternos {martin&juanjo}
FanfictionMartin y Juanjo no pueden ser más dispares, está claro des del primer día que están hechos para odiarase. Están dispuestos a evitarse lo máximo posible, pero el destino tiene otros planes para ellos. Dicen que del amor al odio hay muy poco, pero, ¿...