4.Tregua ¿o no?

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El día había sido agotador, tanto física como emocionalmente, y Juanjo se sentía al borde de la exasperación. Mientras regresaban al coche después de la sesión de fotos, Juanjo no podía dejar de pensar en cómo manejar la situación con Martin. Las constantes peleas y el ambiente tenso no estaban beneficiando a nadie. Decidió que era hora de hacer algo al respecto.

Una vez de vuelta en la residencia presidencial, Violeta se despidió, dejando a Juanjo solo en la sala. Se dirigió a su habitación y, tras un breve momento de reflexión, tomó su teléfono y llamó a Denna, su mejor amiga.

—Hola, Almu —dijo Juanjo, intentando mantener su voz firme—. Necesito hablar un momento.¿Tienes tiempo?

—Holaa Juanjo. ¿Qué ha pasado ahora? —respondió Denna, notando la tensión en su voz.

Juanjo suspiró profundamente y comenzó a contarle todo lo sucedido durante el día, desde las peleas constantes con Martin hasta la idea de ofrecer una tregua. Denna escuchó atentamente, sin interrumpir, hasta que Juanjo terminó su relato.

—Juanjo, creo que le estás dando demasiada importancia a una pelea de críos —dijo Denna con suavidad—. Tal vez ambos estén exagerando. Sabes, a veces es mejor dar un paso atrás y mirar la situación desde otra perspectiva.

—¿Exagerando? —replicó Juanjo, sintiendo una punzada de frustración—. Martin es imposible, Denna. Siempre tiene que tener la última palabra, siempre tiene que demostrar que está por encima de todos.

—Lo sé, lo sé —respondió Denna con paciencia—. Pero piénsalo, una tregua podría ser beneficiosa para ambos. No solo mejoraría la comunicación entre ustedes, sino que también ayudaría a no dañar la imagen de la familia real y la tuya.

Juanjo se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de su amiga. Denna tenía razón, necesitaban encontrar una manera de coexistir sin destruirse mutuamente.

—Es una buena idea, Almu —admitió finalmente—. Ya mañana, le ofreceré una tregua a Martin. Pero no me disculparé si él no se disculpa primero.

Denna suspiró, sabiendo lo testarudo que podía ser su amigo. —Solo asegúrate de ser sincero, Juanjo. La tregua solo funcionará si ambos están dispuestos a poner de su parte.

—Lo haré. Gracias, Almu. De verdad, gracias por escucharme y darme este consejo.

—Para eso estamos los amigos, Juanjo. Cualquier cosa que necesites, sabes que siempre puedes contar conmigo.

Juanjo sonrió, sintiéndose un poco más aliviado. —Lo sé, Denna. Lo sé. Te quiero.

Colgó el teléfono y se quedó un momento en silencio, permitiendo que las palabras de Denna resonaran en su mente. La noche avanzaba lentamente, y Juanjo decidió que necesitaba despejar su mente. Salió al balcón de su habitación y observó las luces de la ciudad de Madrid titilando en la distancia. El aire fresco de la noche le ayudó a calmarse un poco, aunque el peso de la tensión con Martin seguía presente en su pecho.

Esa noche, durmió inquieto, con sueños interrumpidos por recuerdos del pasado y el rostro de Martin siempre presente en su mente.


A primera hora de la mañana, se levantó decidido a enfrentar el día con una actitud diferente. Después de vestirse rápidamente, se dirigió a la habitación de Martin, tocando la puerta con firmeza.

Martin abrió la puerta, con una expresión de sorpresa y algo de desdén. —¿Qué quieres tan temprano, Juanjo?

—Necesito hablar contigo, Martin. Es importante.

Éntre la corona y él corazón || JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora