capítulo 3

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Mariana

Me dirigí a la oficina del profesor Dorcaz.

Di dos toques a la puerta y en cuanto me dio autorización pase cerrando nuevamente la puerta y con seguro, como había mencionado en la nota.

-¿Y bien? ¿Que sucedió? -preguntó.

-Le quería pedir un favor.

-¿Un favor? -asentí-. ¿Qué tipo de favor?

-Bueno mire, pasa que últimamente el contenido que está dando me cuesta un poco comprenderlo. Se me dificulta demasiado. Y bueno, ehm... Me preguntaba si usted podría... Ya sabe... Darme clases extra. Claro, le pagaría las horas. Usted ponga precio.

Él se tomó un tiempo para pensarlo y al pasar de unos minutos pareció tomar una decisión.

-¿Qué es lo que no comprende?

-En resumen todos los temas que ha dado al empezar el segundo ciclo.

-¿Y cuántas horas necesita?

-Yo diría que unas cuatro o dos estarían bien.

-Vale, acepto. Le daré clases extra.

-¡¿En serio?! -pregunté algo emocionada.

-Sí, pero no grite.

-Esta bien -sonreí-. Gracias profesor.

-No es nada, joven Ávila. Mi deber es ayudar.

-¿Cuanto me cobrará?

-Nada, se las daré gratis.

Su respuesta me tomó por sorpresa.

-¿Gratis? -asintio -. ¿Por qué?

-La educación no es algo que se debería cobrar para empezar. Todos tenemos derecho de aprender y entender lo que nos enseñan.

-Supongo que tiene razón.

-La tengo -afirmó.

-¿Las clases pueden empezar hoy por la tarde?

-Sí, ¿donde nos veremos?

-En mi casa está bien.

-Perfecto. La espero luego de clases aquí para acompañarla y darle sus clases extra.

-Se lo agradezco nuevamente.

-No es nada. ¿Algo más?

-Solamente sería eso. Ahora sí me disculpa tengo que ir con mis compañeros, profesor.

Quite el seguro de la puerta y salí de la oficina cerrando la puerta a mi espalda.

Quiero ver cómo vas a hacer para contralorte ahora que pasaras más tiempo junto a él.

Yo también quiero ver eso.

{...}

Debe estar al llegar. Y yo con mis nervios tan fuertes no llegaré a nada, coño.

Llevaba más de una hora pendiente al celular para la hora, y al timbre por si sonaba.

Y nada...

¿Será que vendrá?

Ya ni de eso estaba segura.

Cuando porfin me estaba dando por vencida de que no vendría, el timbre sonó.

En mis labios se dibujó una sonrisa y me levanté entusiasmada a abrir.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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Cuando nadie ve (Federiana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora