El resto de ese día lo pasé en las nubes.
Estaba y no estaba. No podía concentrarme en todo aquello que me rodeaba. Estaba ausente y no por estar pensando en lo sucedido, sino porque mi mente se había quedado completamente en blanco. Sin embargo, al llegar a casa y tirarme en mi cama, me vino todo de golpe.
¡¿Cómo podía haber hecho tal cosa?!¡¿Cómo se me había podido ocurrir?! Un accidental beso a mi mejor amiga... ¿Por qué?
No obstante, ¿realmente había sido un descuido? Es decir, ¿estaba realmente segura de que en el fondo no quería eso y que por ello ocurrió todo como ocurrió?
Únicamente tenía clara una cosa : No quería perder la amistad con ella por simple "descuido".
En el momento en que sucedió traté de actuar con la mayor naturalidad posible; como si se pudiera actuar con normalidad en una situación como esa. Intenté por todos los medios no darle más importancia de la que tenía al asunto, a fin de que ella no se asustara y dejara de ser mi amiga. Pero, ¿seguro que se lo habría tomado bien?
Nada más ocurrir dije algo improvisado y me fui corriendo, pero no muy forzada, sino más bien un natural "andar deprisa". Así que ella debía haberse quedado pensando en ello, incapaz de decir ni una palabra. Y ahora estaría pensando en todo lo ocurrido seguramente; en como alejarse de mí para evitar que vuelva a ocurrir lo mismo; en como dejar de ser mi amiga de la forma más sutil.
¡Me quería morir!"¡Tierra, trágame!"
- Hola! :)
Y fue entonces, cuando recibí un mensaje de mi amiga. Ese mensaje que necesitaba para calmarme; para pensar con claridad.
- Hola! ^^
- Hoy te has ido muy precipitadamente, ¿no crees?
- Sí... Supongo. Tenía prisa en llegar a casa.
Mientras transcurría la conversación, ya por la noche, mis párpados iban cayendo suave y lentamente. Ese primer mensaje me había despejado. Ahora estaba tan tranquila que mi cuerpo interpretó que podía irse a dormir al fin, después de un día como el que había tenido que enfrentar.
A pesar de intentar permanecer despierta para seguir hablando con ella, al final el cansancio me ganó. Al dormirme tan repentinamente y sin darle las buenas noches, Paula continúo mandándome mensajes; mensajes más sinceros y profundos que los que me había enviado hasta entonces. Y yo durmiendo.
- Maiah... Solo quería decirte que... Ya sabes, que creo que siento lo mismo que tú. Esta mañana hubiera querido decir algo, pero no sé. No me esperaba el beso; no me lo esperaba para nada y menos de esa manera. De verdad que me gustaría haberte dicho todo esto a la cara...
- ...
- Maiah...
- Creo que me gustas... Y no como amiga.
¡Y yo durmiendo!
