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Entre suaves mantas y un par de almohadas se distinguía una figura no tan robusta girando sobre su propio eje con una incomodidad notable. Unas cuantas gotas de sudor hacían un recorrido desde su cien hasta su barbilla, estaba en mitad de una pesadilla de la cual poco a poco pudo salir.
Abrió lentamente sus ojos al escuchar el incómodo sonido de las teclas al ser golpeadas una y otra vez en un intento desesperado de, al parecer, seguir derrotando más y más enemigos. _____ era la causante de tan molesto sonido y logró divisarla frente al monitor de la habitación, sin embargo, ni siquiera lo notó despertar.
¿Siempre había sido tan molesto aquél sonido para dormir? Con auriculares puestos en todo momento, era imposible saberlo.
El sonido de su estómago exigiendo algo de comida interrumpió aquellos cuestionamientos que rondaban en su cabeza, sólo para comenzar unos nuevos. Kenma no había sentido hambre desde que estaba con ____, pues ella siempre era la responsable de hacerlo comer de forma constante y claramente saludable.
—Voy a ducharme—murmuró antes de ponerse de pie de aquella esponjosa cama. Pensó que quizá sólo a ____ se le había hecho un poco tarde con el desayuno.
Toda esperanza de que la chica corriese al baño para ducharse juntos como siempre lo hacía desapareció cuando después de 5 minutos de esperarla no se despegó de la pantalla. Alrededor de los 20 minutos ya se encontraba duchado y cambiado de nuevo en la misma habitación en la que despertó. Nada había cambiado.
—¿Has desayunado temprano? —preguntó el semi rubio, sin obtener respuesta. —____, ¿qué hora es?
Irónicamente su celular no encendía desde que había despertado y su reloj de pared no se encontraba colocado. Cuando pudo inclinarse hacia la pantalla donde su novia jugaba dispuesto a ver la hora, no entendía las figuras que se suponía eran los números.
"¡Dicen que si estás soñando nunca preguntes la hora, amor!"
Dijo ____ hace algunos días. Siempre procuraba mencionarle todos los datos interesantes con los que se topaba. ¿Por qué recordaba eso justo en ese momento?
—¿Te diste cuenta de lo inútil que eres, Kenma? —finalmente dijo la chica hacia su novio. Giraba su cabeza con una enorme sonrisa hasta tenerlo en su campo visual.
El ambiente se pintaba de un color grisáceo, las paredes de la habitación parecían caerse de forma dramática una por una. Una luz color carmesí se encendía en el suelo, quizá algo como el infierno.
—Kenma... Kenma... —se escuchaba una voz desde lo alto, ¿ahora eso era el cielo? —Ken, ¿despertaste?
Y como por instinto, pudo mover su cuerpo y abrir los ojos temeroso de que ahora sí hubiese despertado donde debería haberlo hecho desde el principio.
—¡Ken! Por fin despiertas, ¿qué estabas soñand-
La chica se vió interrumpida por un torpe abrazo de Kenma, éste había hundido su cara entre el pecho de su novia y no parecía querer salir de ahí jamás. Ella sí era su ____.
—Por favor, perdóname —murmuró aún entre su suave agarre, su chica no comprendía lo que sucedía—¿Podemos hacer el desayuno juntos?
