Sherlock se encontraba detrás del telón mientras escuchaba el pisar de diversas personas, todas con edades, calzado y condiciones físicas diferentes.
Faltaba muy poco para que su espectáculo comenzará y sabía que todo debía de ser perfecto. No por nada estaba en uno de los teatros más populares y hermosos de todos Londres, con tapices, hermosos candelabros, construcciones simplemente bellas, contrastando lo moderno con lo la mayoría de etapas del arte por medio del mármol blanco, piedra lisa y madera de la más alta calidad.
En cuanto las luces del lugar se atenuaron y todo el teatro quedó en completo silencio, Sherlock salió de las sombras para caminar con gran seguridad y arrogancia al centro, mientras su espléndido y lujoso traje lo hacía destacar aún más.
Sherlock miró al público, todos los ojos estaban sobre él, pero no se dejaría intimidar por un simple grupo de personas que jamás entenderían sus piezas al cien por ciento, a veces se preguntaba porque las tocaba si los críticos no lograban comprender lo plasmado, ¿acaso él lo plasmaba mal? Eso era imposible, él es el mejor violinista de la época, era claro que los defectuosos eran aquellos “expertos”
Ya en el centro tomo su violín, una de sus posesiones más preciadas por no decir la más preciada, pero también la más odiada por el hombre. El violín lo acompaño desde que tenía memoria, su madre era una maestra con él y por su gran curiosidad, él decidió indagar más hasta que terminó enamorándose del instrumento y siendo este su escape de la realidad, pero, ¿qué sucede cuando aquello que haces por gusto lo llevas al límite solo por complacencia propia o de los demás convirtiéndolo en una obligación?
“Qué asco” Pensó Sherlock mientras observaba a los presentes en el lugar, sus capacidades le permitían hacer algo que un humano promedio no aplica en demasía, observar, el rizado siempre es demasiado quisquilloso y analítico cuando de su entorno se refiere, podía apreciar los asientos llenos, los candelabros sobre él con una luz suave, las paredes de madera bastante cuidadas.
Podía ver todo sobre las personas o al menos la mayoría, hombres de edad bastante mayor, dedujo que se trataban de personas amantes del arte, uno que otro crítico intentando escabullirse algo inútil cuando de Sherlock de trata, pero lo que más sorprendió al rizado aunque no lo demostró en sus expresiones faciales la gran cantidad de jóvenes, algunos ya los había visto, fans obsesivos con su imagen y popularidad, pero también había parejas. Sherlock tenso su mandíbula, seguramente los estúpidos novios de esas chicas no conocían nada de arte y habían comprado entradas para el show para no verse como los demás, pero en realidad solo se dejaron llevar por la propaganda y popularidad que adquiría cada vez más.
Sherlock colocó el violín en su hombro izquierdo, observo el palco real donde gente rica y con influencias se encontraban expectantes al inicio, no quiso hacer que esperaran y comenzó a tocar.
La música recorrió por completo el lugar, Sherlock se dejó llevar, quiso fluir con su música mientras que cada nota, acorde y silencio era tocado a la perfección, todo quedaron bocabiertos, ya que según los medios anunciaban que Sherlock Holmes tenía unas manos divinas que le permitían tocar cualquier cosa a la perfección y por supuesto que era así.
La música de aquel hombre era un hechizo complejo de magia, el cual no permitía que los espectadores se fijaran en otra cosa que no fuera él.
En cuanto Sherlock finalizó la pieza se produjo un momento de silencio, sonrió en sus adentros, las caras de todos reflejaban sorpresa, emoción, euforia, no tuvo que esperar más para escuchar los fuertes aplausos que demostraban el impacto que la música podía tener en las personas. Sherlock hizo una reverencia y sin más dejo el escenario para luego escuchar la plática del público mientras caminaba a su camerino, sin duda una buena manera de alimentar aún más su ego.
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Nuestra Melodia
FanfictionSherlock Holmes, el más brillante y conocido violinista a nivel mundial pasa la mayoría del tiempo en un barrio de clase media en las calles de Londres, donde busca mantener tranquilidad y alejarse del mundo del arte y la presión que este conlleva...