El resto del día pasó como en un suspiro para Jennie. Aunque intentaba concentrarse en sus tareas cotidianas, no podía dejar de pensar en lo que significaba la invitación de Lisa. Rosé, consciente de la inquietud de su amiga, se acercó a ella mientras se acomodaban en el sofá de la casa de Somi, después de salir de clases.
—Jennie, ¿estás bien? —preguntó Rosé en voz baja, para que las demás no escucharan.
Jennie asintió, aunque su expresión la delataba. No podía engañar a Rosé, no después de tantos años siendo amigas.
—No sé, Rosie... —susurró Jennie, evitando los ojos de su amiga—. Esto es complicado. Pensé que lo había superado, que ya no me afectaba. Pero ahora...
Rosé la miró con comprensión, asintiendo suavemente.
—Jennie, sé que te preocupas por lo que las demás puedan pensar, pero tienes que ser honesta contigo misma. Si todavía sientes algo por Lisa, tienes derecho a explorar esos sentimientos.
Jennie suspiró profundamente, sintiendo un nudo en su estómago.
—Es solo que... —empezó, pero se detuvo cuando escuchó a Somi gritar desde la cocina.
—¡Jennie! ¡Tu ex está aquí otra vez!
Jennie se levantó rápidamente del sofá, su corazón latiendo con fuerza. Se dirigió hacia la puerta principal, donde encontró a Lisa esperando con una sonrisa tranquila. Llevaba un atuendo casual, pero impecable, y el aroma de su perfume llenaba el aire, despertando en Jennie recuerdos que creía olvidados.
—Hola otra vez —saludó Lisa, observando cómo los ojos de Jennie se suavizaban al verla.
—Hola —respondió Jennie, sintiendo un torbellino de emociones mientras trataba de mantener la calma.
—¿Lista para salir? —preguntó Lisa, extendiendo una mano hacia ella.
Jennie vaciló por un momento, sus pensamientos acelerados. Pero luego, con una leve sonrisa, tomó la mano de Lisa y asintió.
—Sí, estoy lista.
Las demás, que habían estado observando la escena desde el comedor, intercambiaron miradas incrédulas. Karina fue la primera en hablar.
—Espera, ¿qué está pasando aquí? ¿Desde cuándo Jennie y Lisa...?
—Solo están saliendo como amigas —interrumpió Rosé rápidamente, recordando la mentira que había dicho antes—. No es gran cosa.
Pero incluso mientras lo decía, Rosé sabía que lo que estaba ocurriendo entre Jennie y Lisa era mucho más que una simple amistad. Sabía que había algo profundo, algo que Jennie aún no estaba lista para admitir.
Jennie y Lisa caminaron juntas hasta el auto de Lisa, un silencio cómodo envolviéndolas mientras avanzaban. Cuando llegaron al coche, Lisa le abrió la puerta a Jennie, como siempre lo hacía, y Jennie no pudo evitar sonreír ante el gesto familiar.
—Gracias —murmuró Jennie mientras se acomodaba en el asiento.
Lisa cerró la puerta y rodeó el auto para sentarse en el asiento del conductor. Una vez dentro, la miró por un momento, con una expresión seria en su rostro.
—Jennie, no quiero presionarte ni hacerte sentir incómoda, pero quiero que sepas que... —Lisa hizo una pausa, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Esto significa mucho para mí. No es solo una salida cualquiera.
Jennie la miró, sintiendo un peso en su pecho mientras asimilaba sus palabras.
—Lo sé, Lisa —respondió en voz baja—. Y por eso estoy aquí. Quiero saber qué es lo que realmente está pasando entre nosotras.
Lisa asintió lentamente, un destello de esperanza brillando en sus ojos.
—Entonces, vamos a descubrirlo juntas.
El coche arrancó suavemente, alejándose de la casa mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte. A medida que se adentraban en la ciudad, Jennie se dio cuenta de que, aunque todo parecía familiar, había algo nuevo en el aire, algo que hacía que todo lo vivido hasta ese momento palideciera en comparación.
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se los debía bebés, debo informarles qué mis actualizaciones tardadas se deben a que regresé a la universidad y estoy muy ocupada, pero los fines estaré por acá con ustedes <3
