Lance McLain de la academia Galaxy Garrison era alguien que realmente no resaltaba. Él mismo era consciente de ello, sólo era un chico y alguien que gustaba, lamentablemente, de como él llamaba, su "rival".
No es que haya tenido gran amistad con Keith Kogane durante las clases de pilotaje. De hecho, no sabía mucho más de los que veía y escuchaba de sus camaradas. Sin embargo, veía en él todo lo que él anhelaba ser, alguien.
Resaltar, resaltar. Sí, eso era lo que hacía Keith, brillar. Si bien era un chico problemático, nadie podía negar su talento y desempeño innato.
Y eso enojaba a Lance McLain.
Pese a ello, aquella envidia suya terminó convirtiéndose en algo mucho más fastidioso. Atracción. Cada que asistía a las prácticas en las que se presentaba Keith Kogane pasó de únicamente centrarse en su desempeño como piloto a observar detenidamente sus gestos, el cómo ondeaba su cabello, la forma en la que movía sus manos, la profundidad de su mirada...
¡No! No podía creerlo, no lograba aceptarlo. No sentía que fuese normal, no era algo normal. Por ello, con la intención de persuadirse a sí mismo (según él), decidió que simplemente era envidia, envidia pura hacia un rival.
Aun así, pasaron los años y para Lance era cada vez más difícil ocultar esa atracción.
Hasta que el chico del mullet terminó siendo expulsado.
"Era de esperarse" Pensó McLain para sí mismo pues ya había oído desde hace años rumores respecto a la conducta problemática del joven Kogane.
Esto le dio un gran respiro a Lance. Un alivio que no sólo le permitió cesar con aquellos pensamientos que para él eran irracionales, sino que también terminó ascendiendo a la clase de caza (Tomando el lugar que correspondía a Keith Kogane).
Pero, claro, este falso alivio pronto tendría fin.
A partir de ahora, todo sucede tras los acontecimientos de los leones de Voltron. Es decir, el equipo ya está formado ¡Perdón si todo avanza rápido!
Entonces...
Estamos en el espacio.
.
Ya habían pasado días sin señales Galra así que el equipo de Voltron se hallaba haciendo lo suyo (básicamente entrenar y charlar). Nada fuera de lo común gracias a la inesperada tranquilidad.
Lo único fuera de lugar era la notable ausencia del paladín azul quien se encontraba, entonces, dentro de su habitación del Castillo de los Leones. De hecho, no había salido desde ayer.
¿Qué se hallaba, entonces, en la cabeza de McLain? Nada más y nada menos que Keith Kogane. La verdad es que desde que se volvieron a encontrar no hubo mucho tiempo para que pudiese procesar, internamente, el hecho de ver nuevamente al chico que tanto irrumpió en su mente durante la academia. Por supuesto, parecía que Keith realmente nunca había notado su presencia (lo que dañó ligeramente su ego). Sin embargo, gracias a los constantes ataques Galra, Lance estuvo distraído, pensando en todo menos en sus sentimientos hacia Keith Kogane.
Sentimientos que, para el pesar de McLain, no había desaparecido.
¿Le fastidiaba? ¡Mucho! No, de hecho, no. Estuvo pensando en ello desde el día anterior y lo que le fastidiaba era la sensación de calidez que el paladín rojo le producía. Era casi tan cómodo como su tratamiento rejuvenecedor. Sentir que hacía buen equipo con él era refrescante, distinto a lo que había sentido hacia él años atrás. Su afecto había madurado.
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"¿Tenías que ser tú?" (Klance)
Fanfiction¿Crush desde la academia, Lance? Todos señalen y ríanse. ¡Algo de Klance (sí, en pleno 2024) ¿Por qué no? (Dibujo hecho por https://www.instagram.com/ikimaru.jpg/ )