𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟐

37 3 0
                                    

ʺ𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐥𝐞𝐬𝐬ʺ [Descendientes]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ʺ𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐥𝐞𝐬𝐬ʺ [Descendientes]

| | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟐 | |

"𝙱𝚒𝚎𝚗𝚟𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘𝚜 𝚊 𝙰𝚞𝚛𝚊𝚍𝚘𝚗.ʺ

Los jóvenes comenzaron a comer todos los dulces que se encontraban dentro de la limosina. Pero Sebastián y Mal no tenían apetito. Sus madres los habían cargado con gran responsabilidad y sabían que si no lograban que el plan saliera bien, habría consecuencias.

"¿No quieres un poco?" Cuestionó Carlos a su amigo, con su boca llena de chocolate.

"Sabes que odio las cosas dulces." Dijo Bash con asco.

"Sí, pero esto no es nada parecido a los dulces de la isla." Comentó Jay, comiendo gomitas.

Mal tocó un control remoto, abriendo una ventanilla que daba a la ventana frontal. El auto seguía recto, por el puente destrozado de la isla. Si caían al Mar, ya no habría salida.

"¡No! Es una trampa." Exclamó Carlos.

Los cinco comenzaron a gritar, y cerraron sus ojos, esperando una muerte lenta. Pero eso nunca sucedió, sino que un puente de luz se formó al pasar el domo energético que protegía a la Isla.

"¿Que es lo que pasó?" Preguntó Carlos.

"Debe ser magia." Dijo Evie feliz.

"La magia que nos robaron." Bash cada vez estaba más irritado.

El viaje no fue tan largo, pero cuando llegaron al instituto, una orquesta tocaba y las porristas bailaban, celebrando la llegada de los cinco chicos. La música alegre y las sonrisas radiantes de los estudiantes contrastaban brutalmente con la oscuridad que los nuevos visitantes traían consigo.

"Esto tiene que ser una broma." susurró Bash al ver todo por la ventana. Sus ojos destellaban con desprecio.

Al bajar, Jay y Carlos comenzaron a pelear por lo que se habían robado dentro de la limosina, tirando de un lado y otro los botines como si fueran trofeos de guerra. Mal, Evie y Sebastián salieron del auto con más calma, observando el espectáculo.

"Chicos, chicos. Tenemos público." Les advirtió Mal a los dos, su voz teñida de sarcasmo.

Una mujer sonriente se acercó a ellos, irradiando una amabilidad que parecía casi enfermiza.

"Solo limpiábamos." Se excusó Jay, su tono burlón apenas ocultando su desafío.

"Levántate." ordenó Sebastián, agarrando la chaqueta de Carlos y levantándolo del suelo con un tirón brusco.

"Dejenlo como estaba. Y lo digo en serio, deben dejar eso." Dijo la mujer, su sonrisa sin flaquear. Jay, a regañadientes, dejó las cosas en la limosina y volvió a su lugar.

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐥𝐞𝐬𝐬 - [ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora