One shot [My Hero Academia]

[9] Dabi

*: Es tu preso favorito.

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Soy Dabi, el villano que todos temen, conocido por mis llamas azules y mi odio ardiente hacia mi padre, Endeavor. Pero hoy, mi historia no trata de mi odio hacia él, sino de algo más oscuro y retorcido, algo que jamás habría imaginado experimentar.

Fui capturado por Endeavor, traicionado por mi propia carne y sangre. No fue una sorpresa que me llevaran a una celda de máxima seguridad, custodiada día y noche. Lo que no esperaba era a ella, T/N, la comandante a cargo de mi vigilancia. Desde el primer día, su presencia me intrigó. Era hermosa, pero había algo más, algo en su mirada que me decía que no era una heroína típica.

Cada vez que se acercaba a mi celda, sentía su mirada recorrerme como si estuviera evaluando cada centímetro de mi ser. Sus labios siempre dibujaban una sonrisa peligrosa, y sus ojos brillaban con una malicia que reflejaba la mía. No pasaron muchos días antes de que comenzara a coquetear conmigo, sus palabras cargadas de doble sentido y promesas vacías.

"¿Te gusta estar enjaulado, Dabi?" me susurraba al oído, sus dedos recorriendo las barras de mi celda. "Debe ser frustrante para alguien como tú."

Respondía a sus provocaciones con sarcasmo y desprecio, pero en el fondo, cada palabra suya encendía un fuego en mi diferente al de mis llamas. Sabía que era peligrosa, pero no podía evitar sentirme atraído por su oscuridad. Era como mirarme en un espejo, uno que reflejaba una versión aún más retorcida de mí mismo.

No solo era coqueteo. Había golpes también. T/N era corrupta, y no tenía reparos en abusar de su poder. Cada vez que me golpeaba, sus ojos brillaban con una emoción que no podía entender del todo. Sentía su excitación en cada golpe, en cada palabra dura que me dirigía. Y lo más retorcido era que yo también lo sentía.

Un día, después de una confrontación particularmente violenta, estábamos solos en la celda. Los guardias no estaban, dejándonos a merced de nuestros instintos. Me miró con esos ojos llenos de deseo y odio, y se acercó más de lo usual.

"¿Sabes, Dabi?" susurró, sus labios a centímetros de los míos. "Eres un villano patético, pero... hay algo en ti que me atrae."

Antes de que pudiera responder, sus labios estaban sobre los míos, rudos y exigentes. Fue un beso lleno de rabia y lujuria, uno que encendió una chispa que no podía controlar. La agarré por la cintura, devolviendo el beso con igual intensidad, nuestras respiraciones entrecortadas y nuestros cuerpos luchando por el control.

Esa noche, en esa celda fría y oscura, encontramos una especie de liberación en nuestra mutua destrucción. Cada golpe, cada caricia, cada beso era una mezcla de dolor y placer que nos llevaba más allá de los límites de la razón. Éramos dos almas rotas, encontrando consuelo en nuestra propia miseria.

T/N no era una heroína; era una villana disfrazada, tan corrupta como cualquier otro. Pero eso era lo que me atraía de ella. No me importaba que fuera una "perra maldita". En ese momento, todo lo que importaba era el fuego que ardía entre nosotros, un fuego que ningún agua podría apagar.

Ella era mi tortura y mi placer, mi castigo y mi recompensa. Y en esa celda, donde el odio y el amor se mezclaban, descubrí una verdad que jamás habría imaginado: me había enamorado de ella. Una villana escondida tras la máscara de una comandante, y yo, un villano atrapado por mi propio padre, había encontrado en ella algo más que una simple distracción.

Soy Dabi, y he encontrado en T/N mi mayor perdición y mi salvación.

Ta juerte ._.