Keres
- Eres un... Me mira con ese fuego en los ojos que me quema la sangre.
- Termina esa frase Zemleroyka - la reto - y te castigaré tan duro que no podrás respirar.Y para sorpresa de nadie, respondió y perdí el control.
- Eres un hijo de puta Señor Greco.
Antes de que siga hablando con esa boca venenosa que tiene, la beso con una intensidad abrumadora.
Necesitaba callar esa boca antes de que terminara con ella en un hospital por desgarro.Fue un beso desesperado, sentía como perdía el equilibrio mientras le comía la boca con toda el hambre que sentía por ella, la pegue contra la puerta para darnos estabilidad a ambos. Perdí la noción del tiempo y hasta que no sentí qué me mareaba por falta de oxigeno no termine el beso.
Fui retrocediendo despacio, ella respiraba forzado, estaba roja como un tomate y esos ojos verdes ahora parecían una selva en pleno atardecer. Yo en cambio estaba mas sediento que antes, sentía mis pantalones protestar y juro por DIOS que estoy a punto que estrangular a esta maldita mujer que no me deja pensar..
- Ty zastavlyayesh' menya teryat' kontrol', zverek - Me haces perder el control fierecilla, se lo dije en ruso porque no voy a permitir que sepa todo lo que causa en mi y el maldito control que ejerce sobre mi cuerpo- Vete antes de que sea tarde Señorita Mayer.
La vi respirar, antes de mirarme y retarme con la mirada.
- Señor Greco, no soy su maldito juguete para que cada vez que le plazca me bese cuando quiera callarme. Me mira directamente a los ojos como una fiera antes de decirme - deja de besarme sin aviso Keres y eso es una orden.
Me quedo sin aliento al escuchar mi nombre de sus labios, Dios sabe cuanto odio y deseo a esta mujer por partes iguales. Es una fiera con migo y un ángel con los demás y quisiera matar al idiota que esta con ella por quitarme el privilegio de tenerla en todos los sentidos.
- Se le olvida Señorita Mayer - voy caminando hacia ella como un lobo acorralando a su presa. Mientras ella solo me mira a los ojos y separa los labios para respirar mejor - que él que da las ordenes aquí - sigo invadiendo su espacio hasta quedar en su oido- Soy YO.
- Quieres ordenarme algo? - le hablo mientras me inclino para quedar a su altura y que nuestras respiraciones se mezclen - Si es así, que sea arrancarte ese maldito vestido verde que me tiene los nervios de punta y que te coma ese coño codicioso que tienes hasta que pierdas el sentido o hasta que no tengas voz de tanto aclamar mi nombre. - miro sus ojos que ahora parecen que saldrán de su órbita y tiene las manos hechas un puño y continuo. - Esa es una orden que acataría Zemleroyka.
Veo como le excita lo que digo y que Dios me perdone si digo que no quiero hacerle todo lo que le acabo de decir y mucho mas.
Pero ella solo respira, abre la puerta y sale casi corriendo y tras ella solo me quedo yo, con una jodida erección que duele hasta los huevos y su maldito perfume olor a chicle que inunda mi oficina.- Excelente.- digo irónico y lleno de frustración sexual por esa pequeña fiera que acaba de irse.