Capítulo 2

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|Zoro|

–Sanji...

No podía hacerlo, no podía ni tan siquiera tocar el cuerpo del rubio. Aunque claro que Zoro lo quería, quería tocarlo más allá hasta donde los ojos le daban. Pero si lo hacía después Sanji se molestaría, y de esa manera ni siquiera quisiera trabajar en la empresa, así que mejor es aguantar esas fuertes feromonas.

–Alfa... por favor– jadeo Sanji empezando a desabrocharse el pantalón.

Zoro al ver lo que Sanji claramente quería, se apresuró donde él estaba y al estar allí lo sujetó levemente de las manos y lo recostó por completo en la cama.

Al estar así se podía notar como Sanji respiraba jadeantemente con su boca entre abierta. Definitivamente al alfa le estaba quedando difícil resistirse. Sanji en su estado de celo llamaba de una forma irresistible al alfa. Pero claro, Zoro trataba de mantenerse firme en la razón y en el respeto del cuerpo de Sanji.

–Quédate así un segundo– habló Zoro recobrando la poca compostura que tenía.

Sanji al levemente quedarse quieto, Zoro aprovechó ese descanso en tomar una botella de agua que había en la mesa que estaba al lado de la cama y rasgando la caja que le había dado Law, sacó un supresor.

Al tener esas cosas en mano volvió a dirigirse a Sanji y este también moviéndose provocativamente hacia el alfa recostándose en su pecho.

–Abre la boca– dijo Zoro tratando de no oler el aroma del contrario.

–Bésame– susurro Sanji abriendo un poco sus labios.

–Lo haré pero debes abrir más la boca.

Claro que no lo iba hacer, pero esa era una buena excusa para que Sanji abriera por completo la boca y que así pudiera tragar el supresor.

Y como lo pensó, Sanji al escuchar lo que Zoro había dicho sonrió y abrió por completo la boca. El alfa al ver que Sanji había cooperado lanzó la pastilla a la boca de Sanji y de allí le empezó a dar un poco de agua para que la tragara.

Sanji al sentir la pastilla y el agua sin que entendiera el por qué, solo tosió un poco y después se tragó la pastilla. Zoro ya más tranquilo de que el contrario se tomara el supresor, ya solo quedaba que Sanji se durmiera un poco y el supresor empezaría hacer efecto.

***

|Sanji|

No era un dolor insoportable ni nada parecido, pero lo que fuera que sintiera en su estómago no era agradable, por ese motivo Sanji tuvo la necesidad y de algún modo la urgencia de despertarse.

Abrió poco a poco los ojos hasta que cuando los tuvo abiertos por completo y al ver el techo tan diferente de donde vivía, se acordó que el día anterior había pagado un apartamento para allí pasar su celo. Aunque era sabedor que alteraría a algunos alfas, pero de cierta forma sabía que estaba a salvo en esas cuatro paredes.

Sanji se levantó y se sentó en el borde de la cama, al parecer y viendo su cuerpo no había pasado nada, en realidad se encontraba mejor de cómo lo tenía previsto.

El peli rubio iba a levantarse cuando escuchó y sintió la presencia de otra persona, no supo por qué pero se quedó allí estático sin mover un musculo, de algún modo tenía miedo y no sabía por qué.

La persona que había llegado se aproximó a la puerta y para desgracia de Sanji, era ese alfa que no toleraba ni ver.

¿Por qué estaba ese alfa allí con él?

– ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?– preguntó Zoro acercándose al contrario.

– ¿Qué haces aquí?

Por tu querer (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora