XI

87 8 0
                                    

Miyeon.

Soyeon sollozó una vez más sobre mi hombro, y yo la estreché más entre mis brazos, dejando que un par de lágrimas también se deslizaran por mis mejillas.

-ella estará bien, Soyeon, ya lo verás.

Otro sollozo. Miré a BamBam desde el asiento trasero del coche, y él, desde el asiento del conductor, me miró con los ojos muy abiertos.

Estaba nervioso, y yo también lo estaba.

Estar aparcados detrás de la casa de Jay Park no era lo más seguro que podía hacerse, pero no pensaba largarme hasta que Yuqi y la estúpida de la madre de mi hija aparecieran por aquel camino de tierra que guiaba al jardín trasero de Jay.

Soyeon sollozó otra vez, y yo sentí un nudo cada vez más grande formándose en mi estómago.

¿Porqué no aparecían de una vez y nos largábamos de allí? ¿Estaría bien Yuqi? Por favor, que lo esté.

Lo único que deseaba en aquel momento era verlas aparecer y poder por fin buscar a mi niña de vuelta y comenzar nuestra vida de nuevo. Una vida normal.

Treinta minutos más pasaron, y BamBam miraba el espejo retrovisor casi con espanto. Soyeon temblaba en mis brazos y yo lloraba silenciosamente. De tristeza, enfado, e impotencia.

-¡Allí!

Los tres ocupantes del coche nos giramos con tanta brusquedad que Soyeon consiguió de alguna manera golpearse la cabeza contra el techo del auto, pero ni siquiera se inmutó, y soltó un gritito de alegría cuando identificó a las dos personas que venían corriendo hacia el coche.

Minnie y Yuqi.

Inmediatamente, la morena se lanzó a a puerta del auto, pero la sostuve por el brazo.

-Espera.- Con un dedo señalé detrás de los dos hombres.

En las sombras de la noche, otras dos figuras venían corriendo detrás gritando improperios.

-¡Arranca el coche, BamBam!-BamBam obedeció de inmediato, y no llegó a suceder un segundo antes de que un desastre ocurriera dentro del auto, cuando Yuqi abrió la puerta del asiento trasero y se lanzó dentro del coche, al mismo tiempo que Minnie se lanzaba en el asiento del acompañante.

-¡Sal de aquí, ahora!-Exclamó Minnie, y el coche salió corriendo de allí, levantando una nube de tierra detrás nuestro.

Me dejé caer sobre el asiento, respirando hondo por primera vez en mucho tiempo, y sonreí al ver a Soyeon y Yuqi abrazándose con fuerza al lado mío.

Miré hacia adelante, fijando mi vista en la nuca de Minnie, delante mío.

Cómo hubiera deseado que me abrazara muy fuerte entre sus brazos en aquel momento, que me dijera cuánto me amaba y que me asegurara que todo estaría bien ahora. Justo lo que Yuqi estaba haciendo con Soyeon. Todo lo contrario a lo que ella había hecho.

Una nueva oleada de rabia me recorrió por completo, y como sí la hubiera llamado, Minnie se giró y me miró por encima del hombro.

No pude interpretar su mirada, así que desvíe la mía y me concentré en la ventanilla, deseando con todas mis fuerzas que no notara la lágrima que se deslizó por mi mejilla derecha.

.

Media hora más tarde, BamBam aparcó frente a la casa de Yuqi y Soyeon, y se marcharon a su hogar.

-¿Se quedarán aquí?

-No, iremos a buscar a Wonhee ahora mismo.

-Minnie, deben estar cansadas.

𝐌í𝐚 | 𝐌𝐢𝐦𝐢𝐧 𝐆!𝐏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora