9. Love

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Cruzo los brazos sobre la mesa de la cafetería y apoyo la cabeza en ellos. Me duelen los ovarios, tengo sueño, el peor humor del mundo y ganas de salir corriendo y no parar, pero no me da el cuerpo. Al menos, podría empezar por quemar mi móvil y nunca jamás volver a tener uno.

Demi:
Avísame cuando el Anticristo te invite el café

Eso dice el último mensaje de Demian Hard. El último y el único que me envió desde que pasó todo lo que pasó. No he sabido de él desde el sábado por la noche. Hasta hoy a las siete y cinco de la mañana, con ese mensaje de mierda.

Debo reconocer que haberle dicho que éramos hermanos dos segundos después de estar a punto de desvestirlo no fue lo más inteligente que dije en mi vida. Primero, porque no lo somos. Segundo, porque sí, me acobardé ante la intensidad de lo que estaba pasando, lo sé. Y tercero... Tercero, porque estaba bastante borracha y uno cuando está borracho dice verdaderas estupideces. Como todas las que dijo él cuando se metió en mi cama.

Quizás una parte mía esperaba que se lo tomara así: un comentario ebrio. Como todo lo que hicimos esa noche. Y que pudiéramos reírnos de ello en el desayuno o tras mi resaca. Pero despertarme y encontrar un bagel en vez de encontrarlo a él ha sido una desilusión más grande que ver a Jason comiéndole la boca a Karen.

Está bien. Fue un buen gesto, porque era mi bagel favorito. Y debe de haber salido a comprarlo a las siete de la mañana. Era domingo: eso suma puntos. Pero me supo amargo cuando me lo comí porque ahí estaba: sola, completamente confusa y con tantas cosas por procesar, que ni siquiera sería capaz de estudiar para distraerme.

Y acabo de dar el peor examen de mi carrera. Porque me he pasado el domingo mirando la nada y tratando de entenderla en vez de estudiar Análisis de Operaciones.

Sigo sin entender nada. ¿Qué pasó con todos esos momentos especiales? ¿Me los imaginé? ¿O me los cargué cuando dije lo que dije, cuando me puse a hablar de mis problemas con más soltura que con mi analista? ¿O cuando casi me pongo a hablar de la historia del incesto desde Tutankamón, para justificar lo injustificable? ¿Cuándo? Y el no saber cómo estábamos y cómo seguiríamos con lo nuestro, sea lo que sea, amistad, fraternidad o incesto putativo, se volvió tan claro como chirriante al leer aquel mensaje.

Por supuesto que va a querer tener la razón. Y por supuesto que me va a arrojar a los brazos de Jason, si por más real que me haya parecido todo, no ha sido más que una farsa bien estúpida, como en las novelas, y el domingo temprano, de seguro, Demi se ha ido a pasar el día con su novia. ¿Con quién más, si no?

Joder. Odio todo esto.

Alzo la cabeza, cuadro los hombros, respiro hondo y abro el ordenador. No puedo pasarme la hora del almuerzo lamentándome por Demian Hard. Por Dios, no. Necesito hacer algo productivo con mi maldita vida dada vuelta.

Pero cuando abro el documento de la novela en la que estoy trabajando, no puedo evitar pensar en él. En el calor de su boca, en sus manos ásperas y fuertes bajo mi camiseta, en su sexo duro, preso en sus pantalones. Me pregunto cómo será. Cómo se sentirá verlo, acariciarlo, albergarlo en mi cuerpo. De solo sentirlo contra mi centro y aun con cuatro capas de ropa de por medio, me he mojado de una manera que roza el bochorno. Porque no puede ser. No puede ser que justo él logre generar todo lo que genera en mi cuerpo. ¿Desde cuándo? No puede ser que piense en guarradas con solo mirar sus labios, que se me aflojen las rodillas de solo oír sus gruñidos sordos o que esté a punto de perder el sentido cada vez que recibo una ráfaga del perfume de su pecho en mis fosas nasales.

No. Puede. Ser.

Borro el diálogo que acabo de escribir. Es una mierda pinchada en un palo. Y yo puedo hacerlo mejor. Ella tiene que demostrar que está cachonda, pero sin expresarlo abiertamente. Y él tiene que hacer la jugada justa que los arroje a la cama. Nada más. Solo tengo que dejar de pensar en el cuerpo macizo de mi mejor amigo. Dejar de imaginármelo desnudo. Y hundido en mi cuerpo. Jadeando.

Demi&LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora