Capitulo 22

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Había escuchando como la mayoría se había ido, había escuchado los gritos de los demás hombres de Izana.

Excepto por uno, que la verdad parecía ser uno de los más bajos mandos de la pandilla, lo único que hacía era estorbar.

Estaba sentado observandome de una manera inquietante.

Se me había ocurrido algo pero creo que no funcionaría, no perdía nada si lo intentaba.

Antes me habían quitado la mordaza, puesto que solo quedaba aquel hombre y no tenía caso, porque aún si gritaba nadie me iba a escuchar.

—Oye ¿Cómo te llamas?— pregunté a lo que solamente alzó una ceja —Mas bien ¿Que es lo que haces aquí?— trague saliva, pensé que no me iba a responder.

—Son órdenes del jefe, tengo que vigilarte ¿No es obvio— hablo serio.

—Oh... Izana... Sabes, a veces pienso que Izana es un tonto, solo se aprovecha de los demás por ser más fuerte, no creo que el merezca que estés en la pandilla, yo sé que tú podrías hacer un mejor trabajo que el— hable, está era mi última oportunidad para salir de aquí.

Habían dos opciones, la primera era que me golpeara y defendiera a Izana o la segunda era que reconociera lo que dije.

Obviamente todo lo que dije podría ser totalmente comprensible para alguien como el, pero a mí me estaba matando por dentro decir esas cosas del hombre al que yo amaba, de mí hombre.

Por un momento cuando lo ví pensé que no había funcionado mi plan, trague saliva fuertemente porque camino hacia mi, se acabó, eso pensé.

—Tienes razón— se quejo, había funcionado —A veces siento que no me valoran en esta pandilla, con gusto le patearia el trasero a ese tal Izana— lanzo una pequeña piedra contra la pared, que iluso era.

—Lo se, creeme que podrías hacerlo— asegure —Aunque ¿sabes que podría ser mejor?— sonreí mientras lo miraba.

—¿Que?— me miró con deseo, pero a mí me daba asco.

—Nosotros podríamos divertirnos un rato aquí en lo que los demás vuelven— relami mis labios mientras lo veía —Siendo sincera, me pareces muy atractivo y sexy a la vez— murmuré.

Dios, esto estaba dando demasiado asco.

Me dió una mirada —No niego que estás preciosa y con ese cuerpo que tienes, puedo imaginarme lo que quiera—

Dentro de mi sentí un asco.

—Puedes quitarme estás cuerdas— murmuré —No me dejaría complacerte de la manera correcta— hablé.

Me miró un tanto dudoso pero sabía que había caído cuando saco una navaja y se acercó a mi cortando las cuerdas, me sentí aliviada, toque mis muñecas tratando de quitar el dolor de tan apretado que habían estado las cuerdas.

Mire a aquel hombre que estaba esperando que hiciera algo.

—Oh... Ponte cómodo— hable mientras acomodaba mi cabello —¿Te parece si enciendo un poco la luz? Es que quiero que veas bien— hablé.

Sentimientos encontrados🔞 (Izana Kurokawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora