Prólogo

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Todo comenzó con una mudanza. Me estaba mudando a un nuevo apartamento, en un fin de semana durante el verano. Iba cargando una caja de mis cosas, y procedí a subir al elevador para dirigirme a mi nueva casa. Junto a mí, en el elevador, estaba un chico, uno que se veía de mi edad. Tenía los cabellos cortos y de color claro; ambas cejas partidas y un arete en una de sus orejas. Tenía un semblante tranquilo, y lucía totalmente calmado.

—Eres nueva por aquí, ¿no?—Me preguntó luego de verme

—Sí, apenas me estoy mudando—Respondí con una leve sonrisa

—Ya veo. ¿En qué piso estarás?—Preguntó una vez más

—En el quinto. ¿Tú en qué piso vives?—

—En el cuarto, así que eres mi vecina de arriba—Dijo, riendo—¿Cómo te llamas?—Me preguntó

—Suzuki Kira, ¿y tú?—

Me agaché para colocar la caja de cosas en el suelo del elevador.

—Mitsuya Takashi—Respondió, sonriente

Con las manos ya libres, le extendí mi mano y él la tomó amablemente.

—¿Quieres que te ayude con tus cosas?—Ofreció

—Gracias, pero esta es la última caja. Después de eso sólo queda ordenar toda mi casa—Respondí—Aunque, si quieres puedes acompañarme y así conoces a mi tío—

—Bueno, vamos, entonces—

Por alguna extraña razón, puedo afirmar que desde que conocí a Mitsuya, sentí como si lo conociese desde hace años. Me gusta creer que no fue casualidad habérmelo topado en el elevador, y menos haber charlado con él.

Llegamos al quinto piso, y le di la bienvenida a la que ahora sería mi casa. El lugar estaba lleno de cajas por todos lados, y aunque sabía que era un departamento amueblado, en ese momento no tenía conciencia de qué muebles existían debido a que era difícil notarlos y encontrarlos.

—Perdón por el desorden—Le dije a Mitsuya, para luego dejar la caja que cargaba en un lugar al azar—¡Tío! Ya terminé de subir las cajas—Anuncié

Entonces, apareció mi tío, y vio a nuestro vecino.

—Mira tío, él es Mitsuya, es el vecino del piso de abajo. Me lo encontré en el elevador—Comenté

—Me imagino que debes de ser de la edad de mi sobrina—Mi tío se dirigió a Takashi—¿Ya se hicieron amigos?—Preguntó

Mitsuya y yo nos miramos, y él asintió, mientras yo pronuncié un "algo así".

—¡Qué bien!—Declaró mi tío alegremente, para luego irse a otra habitación a acomodar cosas

—Bueno, ya me acompañaste bastante, vete a tu casa por favor. Me da mucha pena que estés admirando este desorden de cajas—Murmuré

—No hay problema—Río—¿Desde cuándo llevas en esto de la mudanza?—

—Desde las siete de la mañana—Para entonces era mediodía

Mi tío volvió a aparecer, interrumpiendo la conversación.

—Kira, ya llevas trabajando mucho tiempo. Tengo que hacer unas llamadas de trabajo, ¿por qué no te tomas un descanso y platicas un rato con tu amigo?—Declaró

—¿Quieres ir a mi casa?—Me preguntó Mitsuya en ese momento

—Tío, ¿puedo ir a la casa de Mitsuya?—

—Sí, está bien—Replicó

Así que acompañé a mi vecino a su casa. Me comentó que su madre trabajaba hasta muy tarde, y que estaba al cuidado de sus dos hermanas —no las conocí en ese momento, pues tengo entendido que estaban con algún otro familiar—. Hablamos un buen rato. Supe que él tenía quince años, al igual que yo. Su pasatiempo era el diseño de modas. Más que pasatiempo, era su afición. Entonces, surgió una propuesta de su parte mientras hablábamos de ello.

—Oye, ¿quieres ser mi modelo? Digo, para basarme en diseños, y ese tipo de cosas—

—Me gustan las cosas de diseñador, y tú eres uno, así que sí, acepto—Dije, con tanta seriedad que provoqué que el otro chico riese—Ey, ¿tú de qué te ríes?—Reproché

—¿Quieres pastel? Ayer fue el cumpleaños de una de mis hermanas, y sobró bastante—Ofreció, ignorando mi reclamo anterior

Me quedé callada y seria un momento.

—Sí, sí quiero pastel—Dije, al cabo de un rato

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