Gran Premio Real - Charles Leclerc

Cap. 17: Nos lo merecemos

– POV: Charles –

Dije que dormiría, pero la verdad es que no puedo. Mi cabeza sigue en el momento en que Eleonor vuelve a llamarme Percy, y no solo una vez, sino dos.

Parece muy tonto, pero al final, quizá no soy solo Charles, sino que soy su Percy de vuelta.

No hay nada que desee más en este momento que eso.

– Calla a tu cerebro y vete a dormir –menciona Lorenzo sacándome de mis pensamientos.

Frunzo el ceño y pregunto –¿Cómo sabes?

– Soy tu hermano, no te conozco desde ayer, que ojalá si lo hiciera porque a veces no te aguanto –se ríe–. ¿Puedes dormirte y ya?

– Cállense vale –se queja Olivia quien se estaba acomodando en el sofá después de que nosotros la despertáramos.

Lorenzo iba a replicar, pero lo mandé a callarse.

– No le vas a ganar una discusión a Oli, no lo intentes.

– Es verdad. Yo intenté pedirle que quemara los pantalones de Charles y lo que conseguí es que ella se burlara de mí –dice Pierre.

– Suelta el tema con mis pantalones –rodeo los ojos.

– Si son feos, Charles –agrega Arthur y Lorenzo concuerda con él.

Olivia se queja y se levanta del sofá y me pregunta directamente –¿En dónde están esos pantalones de mierda? Así te los quemo de una vez y ustedes se callan para dejarme dormir.

– En mi equipaje que está arriba –respondo sin pensarlo.

– Perfecto –dice decidida para ir hacia arriba y ahí reacciono.

Mis hermanos y Pierre están perplejos.

Como la conozco, la persigo susurrando su nombre varias veces para no despertar a nadie. Hasta que logro detenerla en la escalera.

– ¿En verdad los vas a buscar para quemarlos? –pregunta Pierre.

– ¿En verdad a ti nunca te han partido la cara? –pregunta de vuelta en tono sarcástico y yo me río, seguido de mis hermanos.

– No me siento querido –suelta Pierre.

– A la mínima que vuelvan a hablar –ella empieza a bajar las escaleras haciéndose paso entre nosotros–no solo quemo los pantalones rojos de Charles, les quemo a ustedes su ropa también.

– Sí, jefa –dice Arthur.

Olivia se va directo al sofá de regreso y se cubre con la cobija que Rocío le había dado más temprano.

– ¿Ella siempre es así? –pregunta Pierre.

– ¿De qué te va a reclamar lo que hagas? –Pierre asiente–. Sí –respondo.

– Se llevará increíble con Eleonor –agrega Lorenzo.

Nos acomodamos entre los sofás para dormirnos. Me cubro con la cobija y me pongo lo suficientemente cómodo para cerrar mis ojos, pero la voz de Olivia me pone alerta y los abro de nuevo:

– Me llevaré a tu princesa a París.

Sonrío y me levanto a abrazarla.

– ¿Te he dicho que te quiero, Oli?

– Sí, sí, pero suéltame que quiero dormir.

La abrazo más fuerte para molestarla.

– Tú si eres ladilla.