Rhaenyra y su familia tienen una nueva oportunidad para que su casa no caiga en la perdición y la extinción total de su linaje, volverán a nacer para cumplir con la misión que los dioses y deidades del feudo franco de valyria les encomendaron, pero...
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𝕯𝖗𝖎𝖋𝖙𝕸𝖆𝖗𝖐, 𝕮𝖆𝖘𝖆 𝖛𝖊𝖑𝖆𝖗𝖞𝖔𝖓.
𝕴𝖓𝖎𝖈𝖎𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖆ñ𝖔 113 𝕯.𝕮
—¿cómo te sientes hoy, nyra?.— la velaryon llama la atención de la heredera que se encontraba en una mecedora junto al balcón sosteniendo a una tranquila Natzely en sus brazos que se encontraba hipnotizada con el cielo y las olas del mar.
—Nerviosa, ansiosa y aterrada.— suspiro en respuesta la platinada aferrándose más a su bebé de manera inconsciente.— No quiero que Alicent se acerque a mis hijos, es un presentimiento que me revuelve el estómago.
Laena hace un ruido afirmativo con su garganta, dándole la razón a su prima, ella también había sentido esa mala vibra o aura que emanaba la reina verde desde que su amistad con la heredera había acabado al momento de convirtiéndose en la reina consorte. Se compadece de los pequeños hermanos que tenía Rhaenyra al vivir al lado de esa severa mujer, en especial se le encogía el corazón con los rumores que rondaban con que la pequeña princesa Helaena es desatendida por su madre durante horas y dejándola llorar desconsoladamente.
—Me he enterado de que mi padre viene con mis hermanos luego de recibir mi carta, aunque quise darle la sorpresa de no decirle que tuve mellizos.— dio una suave sonrisa a Laena y sujeto su mano con cariño.— me alegra saber que mis medios hermanos conocerán otro lugar además de desembarco, pero por favor Laena, no dejes solo a Aegon y menos a solas con la reina, inventa cualquier excusa e incluso si no me encuentro di que yo pedí ver a Aegon.
—¿Entonces es cierto?— la voz preocupada de laena no se hizo esperar.— los rumores de Aegon y Helaena?
—me temo que sí, lo vi con mis propios ojos antes de que alicent me echará de sus aposentos hace unos meses, arrebatando bruscamente a Heleana de mis brazos.— suspiro y miro al paisaje intentando ordenar las palabras siguientes que saldrían de su boca.— no deseo ser una mala hermana, esos pequeños no tienen la culpa de mis problemas con su madre y ahora ella los ocupa como peones, ni siquiera me deja acercarme a ellos. Logre convencer a mi padre de que empezaran sus clases por lo menos para heleana y Aegon para mantenerlos lejos de su madre, pero no sé qué más hacer.
—Esa mujer no merece ser madre, ¡por todos nuestros dioses, nyra!.— jadea aterrada la velaryon.— no entiendo que vio tu padre, en esa asquerosa mujer.— ejerció un poco de presión sobre la mano de su joven prima.
—también soy madre ahora, Laena y no deseo que ella pierda a sus hijos o se los quiten, mejor que nadie lo entiendo ahora y no sé qué hacer, porque realmente quiero que ellos tengan una mejor vida.— el dilema de la heredera en esos momentos fue empezar a buscar una manera de velar la seguridad de los hijos de su padre en ese actual matrimonio.
