Rhaenyra y su familia tienen una nueva oportunidad para que su casa no caiga en la perdición y la extinción total de su linaje, volverán a nacer para cumplir con la misión que los dioses y deidades del feudo franco de valyria les encomendaron, pero...
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𝕯𝖗𝖎𝖋𝖙𝕸𝖆𝖗𝖐, 𝕮𝖆𝖘𝖆 𝖛𝖊𝖑𝖆𝖗𝖞𝖔𝖓. 𝕱𝖎𝖓𝖆𝖑𝖊𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝖆ñ𝖔 112 𝕯.𝕮
La joven princesa de dragonstone se encontraba dando un paseo por las playas pertenecientes a los territorios de los velaryon, Se sentía nerviosa y ansiosa a la vez. Sabe que su deber desde un principio siempre fue traer herederos al mundo para la corona, pero no podía negar que se encontraba aterrada en esos momentos de vivir en carne propia lo que su adorada madre tuvo que pasar en tantas ocasiones y tantos años por culpa de su padre. No deseaba llorar y sufrir el dolor de perder tantos hijos, la relación con su primo es genial gracias a que a pesar de los gustos de laenor pudieron consumar el matrimonio y satisfacerse mutuamente en el lecho nupcial callando las bocas de todos los que quería ver fallar a la joven pareja.
La risueña voz de laena la sacó de sus pensamientos, aún se encontraba con el hermoso vestido de su boda, una hermosa ceremonia donde ella, laenor, sus padres y algunos familiares más cercanos se encontraban presenciando la unión de daemon con la hija mayor de lord corlys.
—Finalmente, te encuentro prima, es difícil encontrar tu presencia dentro del castillo.— laena la abraza con cariño y cuidado de no aplastar su abultado vientre.
—Lo mismo puedo decir de ti, prima, felicidades por tu boda y lamento no haber podido decírtelo antes, pero tampoco había podido encontrarte luego de la ceremonia.-sonríe acariciando su vientre y su mirada se dirige al mar.
—Mi querido hermanito, me contó que pasas mucho tiempo aquí nyra, ¿está todo bien?.— laena rápidamente enredó su brazo con el de su prima para volver a caminar al ritmo de la heredera.
La platinada sonríe antes de suspirar para darle una respuesta a la velaryon.
—El mar extrañamente me relaja, el viento marino es pacífico y de esta manera puedo sentir como mi bebe se queda tranquila.— nyra niega con una sonrisa divertida antes de mirar a su prima.— sé que sonara raro, pero siento que es por mi bebé, desea estar cerca del mar de alguna manera y eso nos tranquiliza a ambas.
Laena miraba atenta a su querida prima y sonríe al escuchar las palabras de la heredera, su madre le contaba que cuando estaba embarazada de ella, también deseaba estar cerca del mar para poder tener un poco de paz y tranquilidad, por lo que las palabras de Nyra no le parecieron en lo absoluto alocadas. Y lo que más llamó su atención es que se refiriera al bebé como «ella».
