JJK - El adiós despues de Amanai (Gojo/Geto)

Capitulo 7 - ¿Que significa tener una vida normal?

Tokio, 10PM. Dormitorios.

Kokoto salió de la cocina con una bandeja de gyozas calentitas, junto a ella. Nanami trae el té y Haibara unas tazas y palillos.

—¡Eso huele increíble, Kokoto!—, dice Haibara, con la boca hecha agua.

—Eres muy buena en esto, me sorprende lo bien que te desempeñas en la cocina—. Nanami sirve meticulosamente el agua en cada taza, luego pone la respectiva bolsa de té.

Kokoto sintió que su corazón rebosaba de felicidad ante los halagos de los chicos. Ella no era buena hechicera, pero había mejorado muchísimo en este aspecto para servir a su familia, tristemente. Kokoto nunca logró hacer sentir orgullosos a sus padres debido a su carencia de energía maldita.

—Saben, desde pequeña intenté mejorar otras habilidades que compensaran mi falta de energía maldita, pero...—. Kokoto hizo una pausa y bajó su mirada a la humeante taza de té. —Por mucho que me esforcé en el pasado, ellos nunca me felicitaron.

Nanami tocó el hombro de la chica, él sabía perfectamente cómo se sentía ella.

—Perteneces al clan de las sombras más importante del mundo del jujutsu, es normal que sean muy exigentes, pero no es tu problema. Tú eres una buena persona y, con el debido entrenamiento, te aseguro que serás una fantástica hechicera.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?— Kokoto había intentado de todo para despertar sus poderes pero nunca logro buenos resultados.

—Gojo san... tiene una buena intuición—, dice Nanami, bebiendo té.

—Desde que lo conocemos, parece como si pudiera leernos como un guante—. agregó Haibara, probando una Gyoza. —¡Que delicia! El sabor y la cocción de los vegetales esta en su punto.

Kokoto sonríe al ver al pelinegro alabando sus pequeñas empanadas, desde que llegó a la academia que ha estado experimentando el sentido de ser una persona.

—¿Por qué lloras, Kokoto?—. Nanami limpió las mejillas de la chica con su dedo.

—Nanami... Haibara...—. Kokoto rompe en llanto y se lanzó abrazando a ambos chicos al mismo tiempo. Haibara solo seguía comiendo con una sonrisa en sus labios, pero Nanami solo desvió la mirada para que ella no se diera cuenta que le agradaba su contacto.

—Vamos, dinos porque estas llorando, ¿es culpa nuestra?—. dice Haibara, dejando su Gyoza en la mesa y abrazando muy fuerte a Kokoto.

—No, solo es que... Jamás recibí este trato tan cálido y cercano de mis padres o del grupo Mitsumiya... No se como expresarlo.

Nanami sintió un nudo en el estomago.

—Los Mitsumiya son los sicarios de los altos mandos. Al igual que los tres altos clanes de Japón, es normal que su educación y entrenamiento sean brutales y poco éticos.

Haibara asiente, devorando otra empanada.

—Recuerdo que la señorita Shoko me contó una vez, que Gojo fue separado de sus padres desde muy pequeño y tuvo que aguantar las brutales exigencias de su clan y de sus padres que querían llegar a la cima.

Kokoto se quedo congelada, ahora todo tenía sentido para ella. Gojo había estado estos últimos tres días molestándola y apoyándola en secreto, porque él ha pasado por la misma experiencia que ella. Kokoto sintió que debía disculparse con Gojo después de cenar con el rubio y el pelinegro.

—¿Quieren más té?—. Ofrece Kokoto, levantándose de la mesa con la tetera en la mano.

—Si, por favor—. contestó Nanami, acercándole la taza.