Capítulo 4

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El murmullo de los padres al despedirse de sus hijos llegaba hasta la entrada del colegio. Algunos coches que tenían pinta de costar millones, entraban al estacionamiento y quienes bajaban de ellos no eran más que maestros o alumnos, lo cierto es que ya comenzaban a quedar pocos lugares.

Menos mal venía en el autobús.

Sacudí las manos para tomar otra mini tarta, esperando a que Addie volviera.

La figura de un chico en la entrada del colegio se me hizo conocida. Había intentado seguirlo con la mirada, pero después de que aquella persona avanzara hacia las puertas, alguien con el cabello ondulado se detuvo frente a mi.

Lo perdí de vista.

—Nuestra primera comienza en diez minutos —sonrió bajando su mano con la hoja—. Esta es para ti, por si te pierdes sin mi presencia.

Ladeé la cabeza al tomar la hoja.

—Yo te sigo. En el rato libre podemos dar una vuelta por los pasillos para no tener que depender de la hoja ni de ti —me levanté tomando su brazo.

Addie no se movió de su lugar, la solté.

—Ah, cierto. Antes de entrar, te pido que si te pones nerviosa no seas tan obvia, Brenna.

¿Qué insinuaba? Acaso se estaba burlando...

—Vamos, camina más rápido.

Su mano tomó la mía dando un pequeño apretón. Ambas detuvimos el paso frente a las puertas del colegio, abriéndose a la par con la presencia de alumnos.

Me había acostumbrado a ver como todos formaban sus pequeños grupos de amigos, tanto que ahora me costaba poder hablar siquiera con alguno de los que estaban enfrente de mi.

¿Podría intentarlo sin tener miedo a algo malo?

No rompería ninguna regla con las que había crecido, tomaría las horas libres en el colegio para poder conocer a cada uno de ellos, haría compañeros de clases, sin olvidar antes que debo asegurarme quiénes son aquellas personas con las que entablaré una conversación.

Siempre evitando contar más de lo que no debía, solo siendo yo misma.

Addie me interrumpió aferrándose a mi mano tras llevarme dentro del lugar. Los regaños de la que parecía ser la directora hacia los que corrían a sus salones pronto cesaron para sonreírme en una "cordial" bienvenida.

Algunas chicas nos miraban sin siquiera disimular un poco desde sus lugares dentro del salón... Hoy era la primera vez que asistía a un colegio de este tipo, tal vez al final del día podría no pertenecer del todo aquí.

Pero debía alejar cualquier tipo de pensamiento pesimista. ¿Qué pasaría si al final terminaba siendo aceptada?

—¿Brenna, me escuchaste?

Desvié la mirada hacia la ventana sin decir nada.

—¿Estás bien? —insistió en un susurro.

—Sí, solo no escuché lo último —mentí.

—Este es nuestro salón, acomoda tus cosas aquí junto a mí.

Acomodé las cosas a un lado de la mesa, tomando otra mini tarta.

Una chica se acercó cuidadosamente a Addie, entregándole algo.

Saqué el celular de la mochila, fingiendo estar muy ocupada.

Supe que estaba mirándome cuando ambas se quedaron calladas y aquella mirada fue capaz de hacerme sentir incómoda. ¿Estaba haciendo algo mal?

—Tú debes ser una de las chicas nuevas, ¿No?

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⏰ Última actualización: 19 hours ago ⏰

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