Entre Sombras y Reliquias

Prologo

Hay secretos que los adultos guardan celosamente de los niños, como el motivo tras sus lágrimas cuando creen que nadie los observa.

Ocultan el insomnio nocturno mientras enfrentan la oscuridad con varita en mano, y rara vez revelan el porqué de instrucciones como la que le dieron a Gilly: llevarme lejos y ponerme a salvo.

Siempre intentó disimular la fragilidad en sus extremidades, resultado de un descuido propio.

Descubrí accidentalmente que buscó su ayuda, un favor que le fue negado a pesar de confiar en el.

Nunca me explicó por qué una noche como otras me entregó una mochila anteriormente equipada con ropa y dinero.

Cuando entraron en casa vestidos con túnicas negras, me ordenó una cosa: correr.

Recuerdo claramente esa advertencia. Corrí sin mirar atrás, ignorando el latido frenético de mi corazón asustado por enfrentar el peligro. Porque mirar atrás podría significar presenciar una luz verde impactando el pecho de mi madre, su cuerpo cayendo inerte al suelo.

Cuando te ordenan correr, corres.

Pero al correr, te enfrentas a una encrucijada: la necesidad de regresar, no solo por sobrevivir, sino también por proteger a aquellos que amas, o en todo caso, vengar su muerte.