No he podido concentrarme en la universidad hoy. Mis pensamientos están atrapados en una tormenta que no me deja en paz. Todo lo que veo, todo lo que escucho, me recuerda a él, a Jungkook, y al dolor que llevo dentro. Estoy cansada de fingir, de pretender que todo está bien cuando en realidad mi corazón está hecho pedazos.
Cuando llego a casa, el silencio me recibe como una vieja amiga. Jungkook no está, y me siento aliviada, aunque sé que este silencio es solo temporal. Lo aprovecho para hacer lo que he decidido: me voy. Empaco mis cosas tan rápido como puedo, temiendo que si me detengo, me arrepentiré. Cada objeto que guardo me pesa más que el anterior. Estos no son solo cosas, son recuerdos, momentos compartidos con él, pedazos de la vida que dejamos de tener.
Finalmente, cuando todo está listo, me siento en el borde de la cama, mirando la habitación vacía. Me siento tan vacía como estas paredes desnudas, y la realidad de lo que estoy a punto de hacer me golpea con fuerza. Pero sé que no hay vuelta atrás. Esto es lo que debo hacer, aunque me destroce en el proceso.
Escucho la puerta principal abrirse, y mi corazón se detiene por un momento. Es él. Jungkook está aquí.
—NaRi, ¿estás en casa? —lo escucho llamar desde el pasillo. Su voz, tan familiar, tan querida, ahora solo me trae más dolor.
Salgo de mi habitación, con el corazón en la garganta. Jungkook está en la sala, quitándose los zapatos. Cuando me ve, su expresión cambia. Primero, confusión, luego preocupación. Sus ojos se posan en las maletas junto a la puerta.
—¿Qué está pasando? —pregunta, su voz teñida de alarma.
Quiero hablar, pero mi garganta se cierra. Trago saliva, intentando encontrar la fuerza para decir lo que tanto he practicado en mi cabeza.
—Me voy, Jungkook —finalmente logro decir, aunque mi voz apenas es un susurro.
Su ceño se frunce, claramente confundido. —¿Qué? ¿Por qué?
—No puedo seguir viviendo aquí —respondo, evitando mirarlo a los ojos. Sé que si lo hago, me derrumbaré.
—NaRi, ¿de qué estás hablando? —insiste, dando un paso hacia mí—. ¿Es por lo que pasó anoche? Ya te pedí perdón. Fue un error, estaba borracho, y lo siento. No quiero que te vayas por eso.
Quiero reírme, quiero gritarle que no entiende nada. Pero todo lo que sale es una negación con la cabeza, mientras las lágrimas comienzan a nublar mi visión.
—No es solo por eso, Jungkook —digo, sintiendo cómo mi voz tiembla—. Es mucho más que eso. —Respiro hondo, preparándome para el golpe final—. Estoy enamorada de ti.
Siento cómo el aire entre nosotros se congela. Las palabras han salido, y no hay manera de retroceder. Lo veo en sus ojos, esa mezcla de sorpresa, incomprensión y... ¿compasión?
—NaRi... —empieza, pero no puedo soportarlo. Necesito terminar antes de que me falten las fuerzas.
—Déjame terminar, por favor. —Trago de nuevo, intentando controlar las lágrimas que amenazan con desbordarse—. He estado enamorada de ti por tanto tiempo, pero sé que tú no sientes lo mismo. Anoche, cuando trajiste a esa chica... fue como si algo se rompiera dentro de mí. Me di cuenta de que no puedo seguir pretendiendo que somos solo amigos, porque para mí no es así. Cada día que paso aquí, viviendo contigo, es como una tortura, porque te amo y no puedo tenerte. Y ya no puedo más.
Jungkook parece haberse quedado sin palabras. Sus ojos me buscan, tratando de entender, pero no hay nada que entender. La verdad es simple, aunque dolorosa.
—NaRi, yo... —intenta de nuevo, pero su voz se quiebra. Se pasa una mano por el cabello, claramente luchando por encontrar las palabras—. Yo te quiero... Te quiero muchísimo, pero... no de la misma manera. Eres como una hermana para mí, la persona más importante en mi vida. —Hace una pausa, y veo cómo sus ojos se nublan, llenos de una tristeza que me destroza—. Pero no puedo ofrecerte lo que necesitas, lo que mereces.
Siento que mi corazón se rompe en mil pedazos. Sabía que esto pasaría, sabía que él no me amaba, pero escucharlo decirlo es como una daga en el corazón. Una parte de mí quiere gritar, quiere suplicarle que cambie de opinión, que me mire de otra manera. Pero sé que sería inútil. No puedo cambiar sus sentimientos.
—Lo sé —respondo, con la voz quebrada—. Por eso me voy. Porque no quiero seguir lastimándome, no quiero seguir esperando algo que nunca va a pasar.
Lo veo dar un paso hacia mí, pero retrocedo, levantando una mano para detenerlo. No puedo soportar que me toque ahora, no cuando estoy tan cerca de romperme.
—Por favor, Jungkook —digo, con el dolor palpable en cada palabra—. No lo hagas más difícil. Esta es la única forma en que puedo seguir adelante.
El silencio que sigue es insoportable. Puedo sentir su mirada fija en mí, llena de una culpa que sé que no debería cargar. Pero no hay nada que podamos hacer para evitar este final.
Recojo mis maletas, sintiendo cómo las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas. Estoy a punto de salir cuando lo escucho llamar mi nombre una vez más.
—NaRi... —su voz está rota, y eso casi me hace detenerme—. ¿Vamos a estar bien? ¿Nuestra amistad?
Me giro lentamente para mirarlo una última vez, y lo veo allí, de pie, con una expresión que jamás olvidaré. Dolor, confusión, miedo.
—No lo sé, Jungkook —respondo, sin poder evitar que las lágrimas sigan cayendo—. Necesito tiempo... Y mucho espacio.
Salgo del apartamento sin mirar atrás. Cada paso que doy se siente como un puñal en mi corazón, pero sé que es lo que tengo que hacer. Dejo atrás a Jungkook, a nuestra amistad, y a la vida que construimos juntos. Sé que estoy destrozada, pero también sé que necesito empezar de nuevo, aunque no sé cómo hacerlo sin él.
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Him ; Jungkook ✔️
FanficNaRi es la mejor amiga de Jungkook, pero hay un problema y es que ella gusta de él. En su intento de confesarse las cosas terminan saliendo mal, encontrándose que Jungkook esta besando a otra que es nada menos que la chica que le hacía bullying a N...