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El sol calentaba sobre las flores multicolor que brotaban del pasto verdoso, el viento soplaba debilmente haciendo que unos cabellos del cabello de Araceli se alborotaran un poco.

Descansaba sobre una manta azul con dos personas más, haciendo que el silencio del lugar quedara atrás.

"Tampoco es feo" Habló Josefa, una de las amigas junto a ella. Estaban tomando sol en una parte escondida de la escuela, solían irse todas en al menos un momento del día a tomar el sol juntas.

"Vamos a verlo" Contestó Vayo firmemente "Es horrible" Añade ésta.

Mientras Ara estaba fundida en pensamientos, lograron sacarla de ahí.

"Ara, vamos a ir al gimnasio" Dijo Josefa en un intento de distraerla. Ambas se levantaron lentamente para después estirarse como gatos.
Ara asintió, no se preocupó mucho, prefería estar ahí. Pero sintió curiosidad, por lo que también se puso de pie, estirando los brazos por sobre su cabeza, soltando un gruñido y tomando la manta entre sus brazos.

"Yo también voy" Dijo ella en un largo bostezo.

Todas ellas se dirigieron hasta el gimnasio, Ara sin saber por qué, se acercó a la puerta y asomó su cabeza por la puerta. Un calor agobiador que se pudo sentir inmediatamente golpeó la cara de todas. Los ruidos de los zapatos deslizándose por el suelo y sonidos de los balones cayendo.

Se suponía que debían estar en clases, pero era el único momento en el que podían estar con Vayo, aunque fuera un segundo. Eran de distintos grados, Vayo la menos y las otras mayores.

"¡El de primero!" Exclama Violet apuntando hacia uno de los chicos que entrenaban. Eran del equipo de voleibol de la escuela, el equipo masculino.

"Está lleno de testosterona" Murmuró Ara mientras hacía una mueca de disgusto.
"Ese es el punto" Contestó Vayo colgándose del brazo de ambas.

La mirada de Ara iba indiferente hacia la mayoría, hasta que algo interrumpió su aburrimiento.

"¡Imbécil!" Gritó uno de ellos mientras la pelota golpeó rápidamente la cara de Araceli.
Ella se tocó la cara, mirándo sus lentes en el suelo. Golpeó la pelota de vuelta, sin importar dónde iba y se agachó a recoger sus lentes rotos.

Sus amigas inmediatamente comenzaron a gritar cosas, pero un silencio repentino se apoderó de ellas.

Ara observó por un segundo hacia arriba y se encontró con un rostro desconocido. Él era guapo, sí, pero tenía algo en su rostro que demostraba enojo o impotencia, lo cual molestó a Ara.

Ella tomó sus lentes y se levantó, mirándolo con el ceño fruncido para luego darse la vuelta, pero él agarró su brazo con fuerza antes de que ella pudiera caminar.

"Oye" Su voz profunda gruñó.
"Te los voy a pagar" Él habló mientras con su otra mano se limpiaba el sudor de la frente.

"Te los voy a pagar" Él habló mientras con su otra mano se limpiaba el sudor de la frente

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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