Capitulo 5: Opciones.

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Clay conducía por una de las zonas de Nueva York más turbias, nunca había pasado por ese barrio por la fama que acontecían pero le llegó un mensaje al móvil esa tarde demasiado tentador que no pudo ignorar. Konstantin le contactó, algo extraño ya que no recordaba en qué momento intercambiaron números, ya que dejó morir su teléfono móvil ahogándose en vodka pero esa noche había muchos puntos ciegos; sus conversaciones con Konstantin, la pelea con Dimitri, el sexo en el almacén y como acabó durmiendo en el coche del mafioso por la borrachera que llevaba encima. Pero esa oferta que le había llegado era una oportunidad y no podía dejar escaparla, Aiden le advirtió que bien podía ser cualquier tipo de trampa para que Viktor les acabara jodiendo pero Clay pensaba que Konstantin, era bastante sincero. 

Miró las calles abandonadas, había una especie de ambiente cargado que le oprimía el pecho y parecía que allí pese al caos, todo estaba bajo control ya que no veías ningún disturbio y ante los desconocidos, las miradas eran realmente aterradoras. Tragó en seco, acariciando su querida moto con cariño, no quería que nadie la robara o la destrozara pero era su modo de desplazarse y le encantaba. 

En uno de los cruces encendió de nuevo su teléfono móvil para preguntarle a su nuevo amigo, donde podía dejar su motocicleta sin correr peligro de que cuando volviera a por ella no estuviera, viendo la ubicación que le pasó in situ y volviendo a dejar in operativo su dispositivo. ¿Qué por qué? Por qué sabía que si Dimitri llegaba a rastrearle, habría otra pelea. 

Subió por un par de calles, pasando una especie de zona donde había unas tiendas casi de acampada con gente negociando, pareciéndole de lo más turbio pero siendo cauto, pasando de largo y entrando en un parking que había. Viendo a lo lejos a un sonriente Konstantin que con esos ojos azules, le esperaba a lo lejos. 

"No sabía si vendrías." Konstantin viendo como el chico tenía realmente buen gusto por las motocicletas, admiró esa harley davidson mientras se quedaba mirando como se quitaba el caso para sonreírle. 

"Lo que me enviaste me generó curiosidad. ¿De verdad has podido encontrar algo para infiltrarnos con Yamada?" Clay moviendo la cabeza con energía para que los cabellos volvieran a su lugar, vio como el hombre asentía con una sonrisa calmada en los labios. Konstantin era sorprendentemente agradable, tranquilo y siempre tenía un tono de voz que le relajaba. Se notaba que desde su pelea los del grupo de Viktor le habían hecho el vacío y quizás eso fue, lo que hizo que se acercara más a él. "¿Me la estás jugando?"

"Oh... eso ha sido cruel." Konstantin encendiéndose un cigarrillo, miró a ese chico que con la duda pintada en su rostro, parecía esperar una contestación sincera, como si no pudiera llegar a mentir. "¿Para qué te la iba a jugar? Al final Viktor saldría ganando con todo esto, así que..."

"Podrías haberlo comentado con él." Clay encogiéndose de hombros, empezó a seguir a su nuevo amigo. Eran más o menos igual de altos pero la corpulencia de Konstantin era notable, llevaba el cabello casi completamente rasurado y las orejas llenas de pendientes llamativos. 

"No trabajo con Viktor por gusto... así que si puedo evitarlo mejor." Konstantin sincero vio como al decir eso, el pelirrojo le miraba con curiosidad. No entendía muy bien el porqué pero le salía bastante natural interactuar así con él, quizás por que no formaba parte de ese mundo en el cuál se había acostumbrado a llevar siempre una máscara para protegerse. "Digamos que el karma me está haciendo pagar ciertas decisiones y que tengo suerte, que al ser bastante fuerte y pasar desapercibido, Viktor me tiene en cuenta... pero sin promocionarme demasiado."

"El karma es un hijo de puta... te lo digo." Clay sonriendo ampliamente, empezó a andar por esas calles guiado siempre del rapado que le iba indicando en qué zonas estaban, lo que podían adquirir y cuál era el precio. Al igual que había artículos que estaban a la vista para cualquiera, había de muchos otros que tan solo los más poderosos podían acceder. "¿Me vas a decir ya qué hacemos aquí?"

Across the line.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora