Capitulo 2: Perdición.

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Clay notaba el labio demasiado hinchado, ese Viktor pegaba bastante fuerte y aunque tenía unas ganas irremediables de devolverle el golpe, se mantuvo quieto en el suelo, donde había caído tras el puñetazo de ese memo cuando discutieron de nuevo por los plazos. Sabía muy bien que podía con ese idiota, no le costaría demasiado trabajo pero era inteligente y si cometía ese error, todos esos gorilas que acompañaban siempre al ruso no dudarían en matarle para dar un escarmiento. Así que se quedó como un buen niño, tirado en el suelo y apretando la mandíbula. Esa situación le estaba sobrepasando.

Aiden se encargaba más de la parte de la investigación de campo, por lo que podía permanecer mucho más tiempo fuera de esas sucias oficinas para encargarse de sus tareas. Pero él era el cerebrito y por lo tanto, permanecía en un lugar más seguro para llevar a cabo todo el plan.

"¿Me estás prestando atención chico?" Viktor miró fijamente a ese crío, tenía ganas de matarle pero lo necesitaba para acabar con el plan o en el peor de los casos entregarlo como ofrenda de paz a la yakuza si Yamada acababa por pillarle.

"Si pero el que no me escucha eres tú, te he dicho que con tan poco tiempo no saldrá bien, nos detectaran e irán a por ti." Clay sabiendo cuál sería la respuesta ante ese comentario, cerró los ojos de nuevo para recibir otro golpe. Joder, lo que le faltaba a ese idiota en el cerebro, lo tenía en esos puños.

Clay intentó levantarse del suelo, pero ese idiota se lo impedía empujándole con el pie en el hombro y él se estaba conteniendo. No se consideraba una persona violenta, no le gustaba utilizar la fuerza pero tampoco permitiría que le estuvieran vejando constantemente. Le levantó el pie con una de sus manos cuando ya notó que con los gritos, la saliva saltaba disparada hacia él, dándole ganas de vomitar. Sorprendiéndose cuando de golpe los gritos cesaron y viendo el rostro empalidecido de Viktor.

Automáticamente dirigiendo su mirada a donde iban todas las de esa sala y pegando un ligero respingo.

Dimitri.

El maldito Dimitri ahí parado con esa aura tan imponente y ese rostro tan jodidamente sexy.

"¿Molesto?" Dimitri se apoyó en el umbral de la puerta de esa maltrecha oficina, viendo como el rostro de Viktor empalidecía y desviando sus ojos en Clay que estaba levantándose del suelo y no le miraba directamente. No al menos en ese momento que decidió evitarle casi al completo.

¿Que si habían estrechado los lazos?

No sabía muy bien que contestar.

Pasada una semana de su primer encuentro en el pub, se presentó en las mismas oficinas en las que estaba ahora con la excusa de controlar a Viktor. En un inicio no sabía realmente por que lo había hecho ya que obtuvo las respuestas que necesitaba para olvidarse del tema. No había de que preocuparse, el plan de Viktor era un completo fracaso y esos chicos no llegarían a cumplir los plazos por lo que el resultado, sabía que era nefasto y por ende, no era nada importante que tener que comunicar a Yacob. Estaba todo bajo control.

Pero no fue así, cada vez que se acordaba de ese chico, su mente ardía y tenía la insana necesidad de verle de nuevo, como si ese primer encuentro hubiese sido un chute de heroína y ahora necesitara consumir de forma recurrente para que el mono no le consumiera. Necesitaba corroborar cada una de sus sensaciones, cada una de esas corrientes eléctricas que le recorrían su ser cuando esos ojos dorados le observaban.

Y joder si lo hizo, no al menos al momento, ya que cruzaron cuatro palabras pero esa noche tuvo un sueño demasiado revelador con ese cuerpo sinuoso y se empalmó de tal forma que la consternación le duró unas horas.

No se avergonzaba de ello, no era tan corto de miras. Pero no se entendía a él mismo.

Amaba a su mujer, a Misha. Siempre lo había hecho y nunca se había sentido atraído por ninguna mujer o hombre a lo largo de los años. Había tenido centenares de oportunidades a lo largo de los años por probar algo que no fuera lo que tenía en su hogar pero nunca nadie le despertó esa inquietud.

Across the line.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora