Go away ~ PavelPooh/PoohPavel

O

Benz caminaba por las calles oscuras de Bangkok, aquella noche sus hermanos y su padre se encontraban ocupados en la universidad y el trabajo respectivamente, por lo cual decidió volver solo a casa.

Le había pedido de favor a su amigo Daou que lo acompañase hasta casa pero el joven de cabello semi rapado se negó rotundamente excusándose con que aquella casa estaba embrujada y preferiría nunca tener la oportunidad de ir.

— Maldito miedoso —susurró mientras pateaba una piedrita que encontró en el camino—.

El bus más cercano a su barrio lo dejó a unas cinco cuadras más abajo por lo que tuvo que caminar hasta su nuevo hogar. Ya estaba a dos casas de llegar a la suya cuando se dió cuenta que un auto negro estaba estacionado frente a la casa amarilla y contra él se encontraba apoyado un joven hombre de cabello largo y negro, tenía la cabeza alzada y fija hacia una de las ventanas del segundo piso, como si estuviese viendo a alguien a través de ella.

— Buenas noches —saludó al llegar a su lado—. ¿Busca a alguien?

— Ah, hola —el hombre aparto la mirada de la ventana y la enfocó en el joven frente a él—. No, solo pasaba por aquí y me llamó la atención esta casa —soltó algo nervioso—.

Si algo lograba conocer bien Benz, era cuando alguien le mentía, ha pasado dieciocho años de su vida tratando de no caer en las mentiras de sus hermanos, que ya había comenzado a descubrir cuando una persona le decía algo falso o no.

— Claro —susurró—. Esta casa es muy hermosa, ¿no lo cree?

— Si, lo es —soltó en un suspiro—.

— Benz Promphaophan —se presentó estirando su mano hacia el guapo hombre frente a él—.

Porque no iba a negarlo, aquel hombre era muy apuesto, y aunque aparentará estar en los primeros años de los treinta, aún seguía viéndose joven. Además el look informal con aquella chaqueta de cuero negra y el cabello algo largo hasta los hombros confirmaba su aspecto jovial.

— Garfield Kitj... —se quedó en silencio un momento—. Kitcherin —sonrió—. Garfield Kitcherin.

"Otra mentira", pensó Bebz, pero igualmente le devolvió la sonrisa al hombre.

— Bien, creo que ya debo irme —Garfield se removió su largo cabello y miró al menor a los ojos—. Un gusto en conocerte Benz.

— El gusto es mío.

Siguió con la mirada al hombre que subió al lujoso auto y que antes de irse le dió una última ojeada a la ventana izquierda del segundo piso de su casa, luego el auto se alejó calle abajo. Benz se sentía curioso y girando hacia la casa, buscó con la mirada lo que tanto observaba el hombre, la ventana superior izquierda se encontraba apenas abierta debido a la cortina blanca que la tapaba casi por completo, reconoció de inmediato que era la ventana de su habitación, y la piel en su cuerpo se erizó cuando notó un rostro escondiéndose entre la tela blanca.

Pronto recordó que nadie más se encontraba en casa, y ahora él tampoco quería entrar en ella.

Dieron las nueve de la noche cuando Ohm y sus dos hijos mayores volvieron a casa y encontraron al menor de la familia sentado en las escaleras de la puerta principal abrazando sus piernas y revisando algo en su teléfono.

— ¿Benz? —preguntó Nut—. ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí afuera?

Inmediatamente el joven se puso de pie y miró a los tres con sus grandes ojos marrones demostrando que estaba muy asustado.

— Creo que hay alguien en la casa —susurró—. Lo vi asomarse por la ventana.

— ¿Y no nos llamaste? —Ohm cruzó de brazos—. ¿Ni llamaste a la policía?