|•CAPÍTULO 7•|

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.°•SONRISA•°.

La vida, una madre que no espera; cada día debes caminar por un cruel mar de sangre y lágrimas que nunca pararán;pero no importa cuantas veces la vida te golpeé, nunca te olvides de sonreír.

— ¿¡Enserio hay todos estos soñadores en la mansión!? —Dijo Mako con bastante asombro.

— Así es señorita Mako~ —Afirmo I-eka.— Eso sin contar a los humanos, que según el mayordomo, son 1/3 de los residentes totales.

En el recinto principal, la recepcionista le mostraba a Mako las carpetas donde registraba a cada soñador con las respectivas llaves a sus habitaciones.

— ¿Por qué cada llave tiene una forma distinta? —Preguntó Mako.

Las llaves eran de color oscuro con toques brillantes, cada una presentaban una iconografía diferente en su sujetador.

— Los humanos se alojan en habitaciones tradicionales, comunes con puertas café. —Dijo la recepcionista.— En cambio los soñadores tienen habitaciones especiales de puerta blanca, donde pueden llegar a contenerse dimensiones completas.

Mako escuchaba con asombro e intriga, eso era algo que ella ya sabia; pero escucharlo de nuevo le era muy entretenido.

— Y como ya sabrás, los mundos de las habitaciones se amoldan al sueño que tiene el huésped. —Agregó la recepcionista.— Y la entrada a estos mundos, debe ser reconocible y característico de cada soñador; es por eso que cada llave es diferente.

Mako escuchaba bastante asombrada, la cantidad de soñadores que había en dicho archivero era bastante grande, dejando a Mako impresionada; aun así ella llegó a conocer a todos y cada uno de ellos.

— ¡¡Wooo!! —Exclamó Mako.— ¡¿Y tienes que atender a todos ellos?¡

— A diferencia del mayordomo, yo solo me encargo de las habitaciones~, pero no puedo replicarme.

— ¿Y en cuánto tiempo cumples tus tareas? —Preguntaba Mako con bastante intriga.

La recepcionista guardaba aquellas carpetas en la oscuridad de las facciones que componían su cuerpo, parecían ser portales que conducían a la nada.

— ¡1 minuto! —Dijo la recepcionista con bastante orgullo.

Mako quedo atónita por tal respuesta.

— ¡¿Pero cómo?! —Preguntó Mako impresionada.— ¡Si son habitaciones infinitas!

La recepcionista miró a Mako con algo de ternura.

— Con una simple ecuación~ —Explicó la recepcionista.— Me demoro 1/2 de minuto en la primera habitación, 1/4 en la segunda, 1/8 en la tercera y asi infinitamente; al final la suma de las fracciones es igual a 1~.

Los ojos al igual que la mente de Mako quedaron disociados.

— Mi cerebro anda buscando señal—Dijo Mako con los ojos chuecos.

— Hahaha~ Usted es todo un caso señorita Mako. —Dijo la recepcionista con pequeñas risas.

El sonido de giro de las puertas principales sonó por el salón, Ambas levantaron la mirada a ver de quien se trataba.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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