IV

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Heeseung estaba comenzando a notar algo distinto en Jaeyun. Bueno, dormir en el pasillo lo obligó a reflexionar sobre su vida para así saber que fue lo que lo llevó a ese punto. Nunca había hecho enojar así a su compañero, se solían llevar muy bien, tanto que ni le afectaba sus insultos diarios. Pensaba que era la forma de Jake para demostrar su afecto, ya que a lo lejos también parecía discutir con su mejor amigo.

Pero había algo distinto en el. Por un día entero no le dijo virgen pervertido, algo que con el tiempo aceptó sobre sí mismo. Ver muchas cosas en internet afectó un poco su cerebro, pero creía que se estaba arreglando desde que dejó el porno por obsesionarse con esa cuenta de Wattpad.

Agarró su celular para revisar la cuenta. Se decepcionó ver que no había nada nuevo, pero sin poder evitarlo comenzó a leer uno de los antiguos, aquel donde lo hacían en un salón de clases con un profesor. Se saltó los primeros dos capítulos donde no hacía más que provocar al hombre y comenzó a leer desde que el profesor le agarra la mano para que la alumna se quedara en el salón. Cuando el último alumno se fue, la chica deslizó su mano en el cuello del mayor y lo acorraló en la pizarra.

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—Necesito darle indirectas mucho más directas—Jaeyun se encontraba con su amigo en la cafetería.

—¿Qué es más directo que preguntárselo directamente?

Ambos se encontraban viendo a Heeseung que miraba su celular mientras comía. Parecía a simple vista leer algún documento de alguna clase. Estaba concentrado y serio, ignorando a sus amigos igual de perdedores que el.

—No sé, pero no captó—tomó un largo trago de su bebestible. Cuando dejó la botella sobre la mesa, Félix supo inmediatamente que se le acaba de ocurrir la peor idea del mundo que lo más probable que si funcionaria. Jake siempre lograba que alguien que él deseaba le rogara, era un don que él envidiaba.

—¿Qué harás?—preguntó al ver que sacó su celular.

—Escribir—murmulló mientras tecleaba con rapidez.

—No me digas que estás narrando la estupidez que harás.

—Lo leerá mientras lo haga —murmulló y alzó la mirada para ver los ojos de su amigo.

—Tengo miedo por la salud mental de tu compañero.

—¿Me acompañas a una sexshop?

—Te acompaño a una iglesia, necesitas una purificación, mi amor.

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La caminata de hacia la habitación fue silenciosa por parte de ambos. Heeseung tenía miedo de que Jaeyun se enojara por preguntar que hizo y Jaeyun caminaba con una sonrisa y una bolsa negra en su mano derecha. Era la primera vez que compraba algo en una tienda así, siempre fue de usar cosas que tenía en la mano, pero nada de su habitación podía reemplazar un simple vibrador.

El plan era simple: Tocarse mientras Heeseung leía como Jino se tocaba al frente de Heli
¿En qué podía fallar?

No solía calentarse al escribir, ni siquiera sabia el porqué, pero esta vez, al saber que tendría que hacer eso y seguramente pensaría lo mismo que Jino, hizo que no pudiera concentrarse en las clases de la tarde. Estaba tan emocionado (que era como el lo decía) que según Félix sus neuronas funcionales se fundieron por la calentura ¿Y todo por aquel chico con algo bueno entre sus piernas? El chico no lo podía entender ¿Es que Jake tenía un fetiche con ese tema? Nunca lo había visto así por alguien, ni siquiera cuando le contaba que una vez se dedicó a descubrir sus gustos con un chico que conoció en un bar. No era la personalidad pasiva y lo que tenía entre sus piernas que parecía atraer de verdad a Jaeyun, su amigo lo podía notar, ya que no era la primera persona con pene pasivo, lo que le atraía era simplemente Heeseung.

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