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KENZIE

Después de terminar mis estudios, decidí ir a Monterrey en busca de mi familia. Los extrañaba un montón, especialmente a mis hermanas. Había visto que se habían convertido en famosas streamers y siempre hacían transmisiones con una chica llamada Samantha. A mis ojos, era muy linda; aunque casi no se maquillara, siempre se veía muy bien.

También iba a encontrarme con mi cuñado. Él y yo éramos como hermanos, y a pesar de la distancia, no habíamos perdido mucho la comunicación, aunque no me gustaba que me mencionaran en público.

Al llegar al aeropuerto de Monterrey, tomé un Uber hacia la casa de mi hermana Ari. Nadie sabía que venía, así que les traje regalos a todos. Decidí comprar uno extra para esa chica... cuando lo vi, pensé en ella. Además, ¿cómo no iniciar una amistad cuando le llevas algo?

El Uber me indicó que habíamos llegado, así que le pagué y me ayudó con mis maletas. Toqué la puerta, esperando que me abrieran. Estaba un tanto nerviosa, pero cuando vi quién abrió, me quedé tiesa. La chica linda estaba en su casa, y yo ni lo sabía. Me quedé unos diez segundos congelada hasta que ella habló, rompiendo el silencio.

— Hola, ¿eres pariente de Ari? — me preguntó con una cara confusa al ver que traía maletas. Salí de mi trance y le respondí, un poco nerviosa.

— Hola, sí, soy su hermana. ¿Puedo pasar? Se supone que mi visita es una sorpresa, ya que no la he visto en años. — Samantha se quedó sorprendida al escuchar que era hermana de Ari, y por lo tanto, también de Ama. Se hizo a un lado, dejándome entrar. Cuando fui a recoger mi maleta, ella se adelantó y la tomó antes que yo. Le hice señas para que no se preocupara, que yo podía llevarla, pero me ignoró. Entonces agarré los regalos que había traído para mis dos hermanas, uno para cada una, y una pequeña caja que contenía el regalo que más me apenaba entregar.

— Nomás pa' que sepas, hay un montón de gente aquí. Por cierto, no me he presentado, soy Samantha. ¿Y tú? — Volteé mi cabeza para verla y sonreí al escuchar su nombre. Me acerqué un poco para presentarme.

— Soy Kenzie, y sí, te conozco. Te he visto en los streams con mis hermanas, eres muy linda. — Le sonreí mientras veía cómo su rostro se sonrojaba y me miraba a los ojos antes de responderme.

— ¿Neta? ¡No manches, me chiveo bien machín ahorita, jajaja! — soltó una risa nerviosa, y yo me reí con ella. Aproveché el momento para darle el detalle que había traído conmigo.

— Toma, te traje esto. Espero que no te incomode, aunque apenas nos conocemos —Le di la pequeña caja que contenía un vape. Lo traje porque sabía que aquí todavía no ha llegado, y ella es bastante adicta a ese aparatito. Le traje sabor menta, solo espero que le guste, porque si no, voy a quedar como una loquita obsesionada.

— ¡Aah, perro! Ay, Dios mío, recién te conozco y ya siento que te amo. ¡Estaba buscando este desde hace mil años y encima es mi sabor favorito! Mil gracias, Kenzie — dijo, dando unos pequeños saltitos de emoción al ver el regalo. Me abrazó en señal de agradecimiento, y pude olerla... omg, esta chica olía delicioso. Solo con su aroma me daban ganas de no separarme nunca.

— Qué bueno que te gustó. Lo vi y la primera persona que se me vino a la mente fuiste tú. ¿Puedes llevarme con mis hermanas? Ya quiero verlas — le pedí mientras la veía abrir el vape y darle una calada, haciendo una cara graciosa al probarlo. Al verla exhalar el humo, sentí cómo todo se me revolvía en el estómago. No puedo estarme enamorando de ella, ¿o sí?

Sacudí la cabeza para despejar esos pensamientos y me reí un poco al verla. Entonces, ella me pasó el vape, diciéndome que lo probara. Nunca lo había hecho, pero para todo hay una primera vez, ¿no?

Susurros y miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora