Lindsay.Buzón, correo de voz...
Cuelgo el teléfono fijo respirando pesadamente.
—¡Joder!
Paso una mano por mi cabello desesperada, aturdida y asustada.
Camino hacia la entrada de mi casa y observo por el ojo mágico intentando buscar rastros, pero nada.
Parecían haberse esfumado en el aire.
John salió muy temprano de casa para visitar a Rhys y asegurarse de que se sintiera bien después de todo el tema agotador y preocupante de Marcus y su desaparición.
Al parecer la policía se encontraba en su búsqueda, lo cual era extraño para ser sincera ya que nunca observaba a la policía hacer algo realmente, siempre ponían excusas y cerraban los casos incluso antes de poder conseguir una prueba. Supongo que el pueblo no era más que un problema para ellos, uno que no querían resolver.
O quizás ocultaban algo.
Tomo una bocanada de aire alejándome de la puerta de entrada y me dirijo hacia nuestro cuartito de lavandería. De la ansiedad había olvidado por completo que la cesta de ropa sucia se encontraba llena y había que aprovechar que era inicio de vacaciones para mí.
Soy profesora de un preescolar no muy alejado, amaba compartir con los niños y poder educarlos como era debido: con amor y dulzura.
A pesar de adorar mi trabajo, la realidad es que adoraba también los días de descanso y poder disfrutar de mi cama y de un buen chocolate caliente acompañado de algún libro de comedia romántica.
Una punzada atraviesa mi cabeza al intentar agacharme haciéndome retroceder un paso y tomar la cesta con mis manos para regularizar la sensación repentina.
La frustración que siento es tanta que ya no podía quedarme realmente tranquila.
Me tomo un tiempo largo antes de seguir con mis tareas del día.
Vamos, Lin, tú puedes con esto...
Abro el cesto y empiezo a dividir la ropa blanca, la negra y la colorida por secciones.
No era mi actividad favorita, pero tenía que mantener la casa en buen estado, pues John nunca tiene el tiempo para poder hacerlo y me toca a mí ocuparme de aquellos pequeños asuntos.
Tomo la ropa blanca con mis dos brazos para dirigirla hacia la lavadora mediana y de color blanco limpio, sin embargo, antes de poder introducir todas las prendas, una cae de mis brazos.
Me arrodillo para tomarla y observarla.
Era la camisa manga larga y abotonada que estaba usando John el día de ayer.
Recordaba haber visto algo raro en ella así que la inspecciono a profundidad y frunzo el ceño al observar algo en una de las mangas.
¿Qué...?
En ella permanecía una mancha de sangre seca pero notoriamente reciente.
Respira.
Empiezo a sentir como mi cabeza daba vueltas y de pronto el cuarto se me hacía muy pequeño.
Tenía que salir de ahí cuanto antes.
Sentía que las paredes me iban a aplastar antes de salir de ahí y llegar hasta la sala.
El pensamiento constante de que John se había sometido en alguna actividad peligrosa no abandonaba mi cerebro, haciendo así, que me sintiera más débil y más asustada.
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Mentiras oscuras.
RandomLindsay Hood vivía una vida perfecta junto a su novio John en una pequeña casa en Canmore; pero su perfecta vida se ve involucrada en una oscura niebla que escondía las mentiras más oscuras que se puedan imaginar. ¿Se atreverían a adentrarse en esta...