Mentiras oscuras.

Capítulo III.

A la mañana siguiente John salía de casa forrado en su traje negro, listo para el momento en el que su sueño daría un paso más allá. Sin saber que yo iría tras él.

Mientras se bañaba, busqué por toda la habitación su equipo de trabajo; una laptop pequeña y antigua de color negro con bordes blancos. Era aquí donde encontraría la verdad de todo, o eso esperaba.

Al verla la tomo y la prendo midiendo el tiempo y evitando la pérdida del mismo.

Clave...

Mierda.

Intenté con algunas, pero todas estaban fallando y temía que se bloqueara o emitiera alguna alarma.

Recuerdo haber usado estos aparatos en el trabajo y a veces en mi universidad, sin embargo, me costaba seguirle el ritmo a los controles.

De pronto, lo recordé...

6262. Recuerdo cuan obsesionado estaba con aquél número en la secundaria y con esto confirmaba que su obsesión perduró en el tiempo, pues se desbloqueó mostrando un fondo de un paisaje hermoso que parecía ser de un país de Asia.

Bingo.

Cada tanto observaba hacia la puerta del baño cuidando que John no saliera antes de yo conseguir la información que necesitaba.

Ingresé a todas las carpetas, pero solo había lo que parecían ser hojas de vida de los trabajadores con sus nombres y algunos datos extra.

Datos que, en efecto, no necesitaba.

Paso una mano por mi cuero cabelludo algo frustrada con los resultados inexistentes, pero no me detengo e ingreso a su correo laboral, en el cual supuse que encontraría algo.

Y después de muchas búsquedas logré conseguir un dato importante.

Una dirección bajo el nombre "DB".

Frunzo el ceño al ver que indicaba una calle en Canmore. Cerca de las afueras.

Él trabaja en Calgary.

¿Mintió?

Sentía lágrimas picar mis ojos y un nudo se forma en mi garganta sin control alguno.

No quería hacer esto. Me siento mal al hacerlo.

Sigo revisando buscando más información y es en ese momento en el que observo un correo extraño mandado por Rhys. Era un archivo adjunto.

Al entrar observo algo que me eriza la piel.

Se busca.

Con una mano tapo mi boca para no soltar ningún ruido.

La foto del amor de mi vida estaba justo ahí, al lado de la foto de su mejor amigo y en quien también confiaba.

Volteo hacia la puerta del baño en cuanto escucho que la manilla empezaba a girar. Cierro las páginas de búsqueda rápido y la apago a la velocidad de la luz.

Conocía a Rhys. Siempre fue un hombre burlón y carismático; quizás...quizás todo sea una simple broma de amigos.

—Es hora de irme—toma la laptop y me besa.

—Nos vemos en la tarde...

Asiente con una sonrisa.

—Te debo una salida al cine.

Fuerzo una sonrisa falsa y asiento.

—Bien. Te esperaré.

Toma mi rostro entre sus manos sin dejar de verme.