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Logan me miró por un momento, frunciendo los ojos de la misma forma que lo hace mi papá mirando el teléfono.

—¡Eres musa! —respondió el chico, apuntándome. Reconociéndome. Sí, mi canción se hizo un poco viral, pero todas las canciones del primer álbum de Logan eran inescapables en las redes sociales.

—¡Si! O sea, lo era, ya no, cambié mi nombre... o más bien mi disquera. —balbuceé un poco atontada.

—Wow, entonces será un rebrand completo —dijo Logan; yo solo asentí para no volver a balbucear.

Me quedé mirándolo quizás por un tiempo que a una persona no famosa seguramente le podría resultar incómodo, pero él me sonrió... probablemente para ser cortés; yo solo le pedía a Dios que el calor del estudio no me hiciera ver como la dona glaseada que me tragué hace media hora atrás.

—¿Y qué te pareció la voz? —le preguntó Vero a Logan y ahí él recordó lo que estaba haciendo en primer lugar.

—Está perfecto, Vero, cero notas. —respondió el chico, sonriéndole a la productora, como si también le tuviese un poco de miedo.

Quería preguntarle si estaba armando su nuevo proyecto con Vero, pero mi mente me estaba saboteando recordándome de la sección de fotos que Logan hizo con Vogue Hong-Kong que ví hace poco.

—En ese caso, estamos listos. —concluyó Vero, mi salvadora. —Sara, ¿Te molesta si voy a refrescarme un momento? Además, no le haría mal un poco de ventilación al estudio.

Logan la miró con cara de culpable pero ella sólo abrió la puerta y dijo que volvería en diez. El chico se quitó los audífonos y mientras los dejaba a un lado me miró.

—¿Me darías tu opinión?

—Oh... claro.

Me senté al lado de él y me puso los audífonos. De pronto sonó un bajo funk digno de Jamiroquai, mezclado con sus vocales, que eran completamente distintas a las que había escuchado antes; no sabía que su voz era capaz de sonar tan grave, pero era ciertamente hipnotizante. La versatilidad de Logan es lo que siempre me llamó la atención, además de su cara en Vogue.

—¿Es tu nuevo single? —le pregunté, probablemente gritando encima del ruido de la pista.

—Aún no lo sé ¿Te gusta? —me respondió alejando el audífono de mi oreja.

—¡Si!, es muy distinto a lo que he escuchado de tí.

Y creo que ahí le dije algo que no quería escuchar. Logan hizo una mueca y me hizo un gesto para que devolviese el aparato.

—Lo sé, aunque quizás es muy distinto... —murmuró para sí. —Me encantaría escuchar lo tuyo también, si es posible.

—¿De veras? Bueno, le diré a Vero que...–

—¿Cual es tu instagram?

—Oh... —me tomó desprevenida. —Es zazabequiet.

Logan buscó mi usuario en instagram y sonrió. No me podía acordar qué foto tenía de perfil, pero luego pensé que ninguna foto mía estaría al nivel de Vogue de todas maneras.

—Lo esperaré. —me dijo mientras se levantaba. Buscó su chaqueta de mezclilla y la puso en uno de sus brazos. —Nos vemos Sara.

—Nos vemos.

Wow. Estoy segura que algo en mí dió un vuelco; probablemente mi útero, pero pude disfrutar por mucho ese momento porque poco después volvió a entrar Vero por la puerta, preparada para hacerme calentamientos vocales del single. Debo admitir que tampoco es tan tortuoso, probablemente es lo más cómoda que me he sentido cantando, ya que Vero me ha enseñado varias técnicas para mejorar mis habilidades; antes lo hacía por intuición... pero varias de mis intuiciones estaban acabando con mis cuerdas.

Creando a CalíopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora