___ lleva una vida apacible y plena: una madre comprensiva, un mejor amigo que la invita a comer semanalmente, y un hogar espacioso donde puede descansar y disfrutar de la piscina. Sin embargo, todo cambia con la llegada de Aidan Gallagher. La actit...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Despues de clase, me fui a la casa de Robi. Él tiene tres hermanos pequeños y una mamá ama de casa que cocina unos platillos increíbles, a ella le gusta que vaya a su casa porque siempre alabo sus comidas, cosa que ninguno de sus tres hijos hace; estoy segura que a ella le encantaría que fuera diario a comer, pero mi mamá dice que eso sería abusar, así que solo como con él los Lunes, Miércoles y Viernes (cuando tenemos tarea de Álgebra).
De alguna manera me gano las comidas explicandole a su hijo álgebra, no soy tan buena profesora, ya que cada que le explico algo vuelve a cometer el mismo error una y otra vez. No entiendo cómo alguien no puede ententer lo que está claro cómo el agua, sin embargo él se la pasa distrayendome cada que se aburre.
-¿Aidan Gallagher? Honestamente ya me cayó mal solo de verlo, ¿Cómo los profesores no lo regañaron si él se quedó quieto todas las clases? Raro.- Me dijo por segunda vez en el día cuando yo intentaba explicarle la factorización de polinomios.
-No lo sé Robi, y tu tampoco sabrás cuál es la respuesta en el examen si no me pones atención... Además fue muy grosero conmigo, entiendo que se cambió de escuela pero ¿Por qué reflejar su enojo contra mi?.-Me recliné totalmente en su sofá café de cuero, agotada por la décima interrupción absurda que había hecho.
Me quedé con él hasta las cinco; quería llegar a casa cuando ya se hubiera ido Zierhut. Es nuestra asistente doméstica: viene todos los días, siempre está de mal humor y se queja en voz alta por todo el polvo que entra por los grandes ventanales de la sala, y todo nuevamente se convierte en caos. Cuando llego y ella aún no ha terminado, entra a mi habitación (sin tocar la puerta) y se queja de las decoraciones que puse para que todo se viera adornado y no se sintiera vacío. Para ella, mientras más cosas haya, más polvo habrá. Me acusa de poner diez peluches adornando mi cama porque cada uno se debe lavar con un ciclo de lavado diferente, y algunos a mano. También se queja de la alfombra blanca que tengo bajo mi cama porque siempre está llena de tierra, y sobre todo, de mis repisas con mis figuras de colección porque no entiende para qué las tengo ahí si nunca "juego con ellas". Y de que hago todo lo necesario para hacerle la vida imposible. Antes de irse siempre dice:
-¡Desde que se fue el señor, cada vez estoy más cerca de mi renuncia, ya verán!.
La situación es la siguiente: Mis padres se divorciaron cuando tenía cinco años. Desde entonces, mi vida fue un constante ir y venir entre ellos; una semana con mi mamá, otra semana con mi papá. Sin embargo, como mi papá es fotógrafo, su trabajo a menudo lo obliga a trabajar de noche o los fines de semana, en eventos como bodas o fiestas infantiles. Esto significaba que, incluso durante la semana que me tocaba estar con él, muchas veces terminaba de nuevo en la casa de mi mamá.
Hace tres años, mi papá tuvo la oportunidad de trabajar en Chicago durante un año. Cuando regresó, le dije que estaba cansada del ajetreo que conlleva su vida y que prefería vivir con mi mamá. No es que no lo quiera, simplemente me cansé de que siempre estuviera ocupado y me sintiera como una segunda opción en sus prioridades. Ahora, lo veo dos veces al mes, y esos momentos juntos son geniales.