3.

21 5 2
                                    

𝔇𝔢𝔟𝔬 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔭𝔯𝔢𝔫𝔡𝔢𝔯 𝔱𝔬𝔡𝔬

Pasé toda una semana haciendo tarea de psicología: un análisis específico sobre un caso hipotético de personalidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasé toda una semana haciendo tarea de psicología: un análisis específico sobre un caso hipotético de personalidad. Normalmente acabo algo así muy rápido porque la Maestra Huber se conforma con que escribamos una página. Pero esta vez no lograba sacar ni una frase decente. No podía concentrarme, cada que apoyaba la pluma en la hoja recordaba lo que me había contado Iker ¿Había sido verdad o mentira suya?.

Alrededor de las cuatro y media de la tarde, decidí preguntarle directamente a mi mamá y acabar con mis dudas. Llamé a su oficina. Su secretaria me había dicho que la doctora había terminado turno al medio día y que ya se había ido.

Para cenar me preparé pasta a la bolognesa y como tenía un montón de bolitas de carne, lo usé para hacer el oráculo par-impar. "Si hay un número par de bolitas de carne - pensé.- entonces lo que dijo Iker es una tontería. Si es número impar... es verdad". Había doce pedazos de carne sobre la pasta, y aunque no soy nada supersticiosa, me alivió bastante. "Esta claro que si mi mamá se quisiera casar, yo sería la primera en saber. Y no estaría dispuesta a casarse sin antes preguntarme si estaba de acuerdo o no. ¡Ella no es así!"

Pero después mientras limpiaba un poco la cocina para que Zierhut no se quejara, encontré un trozo de carne tirada al fondo del horno. Debió caerse de la pasta al sacarla. Es decir, sobre la maldita pasta había un numero impar de carnes y ahora ya no estaba nada tranquila. Por supuesto algo de verdad tendría que haber dentro de lo que me contó Iker, el no se pudo haber inventado todo eso y Rob no pudo haber mentido con algo de tal magnitud...

Mamá llegó a eso de la medianoche y se sorprendio bastante al verme sentada en el sillón de la sala.

-¿Qué mañana no hay escuela, hija?.- Preguntó.

-Sí, sí. Pero si para hablar contigo debo esperar hasta medianoche...- dije algo cansada.

Se sentó a mi lado en el sofá y se quejó sobre algo de las horas extra que su jefe le hacía trabajar. Me contó esa mentira sin ponerse roja de vergüenza, y lo peor es que me miraba con cara de sinceridad. Pensé que cuando alguien miente tan bien es porque lleva mucho tiempo haciendolo. Pero alguien como mi mamá no mentiría sin razón.

Interrumpí sus lamentaciones y pregunté.

-¿El papá de Aidan se quiere casar contigo?.-

Tras cinco segundos contados... preguntó.

-¿Por... por... por qué?.- Tartamudeó. Cuando alguien tartamudea un "por qué" a una respuesta que facilmente se puede negar la cosa está muy clara.

Me aparté de mi mamá y exclamé.

-¡Entonces es verdad!

Tras dos segundos de susto dijo:

-Aún no es nada definitivo.

¡Definitivo! ¿Qué clase de palabra era esa? Me levanté y murmuré.

-Te deseo una noche definitiva.

Operación DesenlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora