Prólogo

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"Son las ocho y cuarto de la mañana y la ciudad se mantiene en movimiento ¡Aun que siempre están tan alborotada desde las seis de la mañana!"

Comentaba alegremente el hombre a través de la radio, la misma frase con la que iniciaba las nuevas del día.

"Hoy es un gran día ¿No lo crees Margaret?"

Escuchaba las tazas golpear con el pequeño plato; las risas amenas y las charlas de la gente que entraba a la pequeña cafetería.

"¡Desde luego John! Hoy dentro de pocas horas será año nuevo! Una fecha que entusiasma a todos"

"¡La alergia de saber que vivimos un año más!"

"Tienes razón, por lo que ahora todos deben prepararse para esta fecha tan importante"

" ¡Así es! Recuerden darle un fuerte abrazo a toda su familia y desear por un buen..."

Usopp cambio la estación a una de melodías navideñas.

—Ellos hablan como si todos tuviéramos familia —rechisto el moreno, yendo hacia su amigo que esta haciendo anotaciones en su cuaderno, frente al gran ventanal.

—Es su trabajo, probablemente incluso ellos no tienen una.

—Quizá tengas razón —se encogió entre hombros— ¿Más chocolate caliente?

—Si, por favor —sonrió.

Sirvió más de la bebida favorita de su amigo en su taza y se sentó a su lado.

—¿Qué tanto escribes? —indago Usopp.

—Son ideas para el próximo streaming, Zoro quiere que hagamos algo grande está noche.

—Por favor que no sean fuegos artificiales, la última vez casi queman la casa y Nami se volvió loca.

—Nada de eso —rio.

—¿Entonces?

—Es una sorpresa —cerro su cuaderno y miro a su amigo— ¿Irás, verdad?

—Obviamente ¿Con quien pasaré año nuevo si no es con mi familia? Quién lo diría, los huérfanos del Grand line, escapándose para vivir juntos.

—Ya han pasado siete años —bebió de su taza.

—Si, ya pasaron siete años —suspiro.

Ambos miraron la puerta cuando la campanilla de la cafetería resonó.

—Si necesitas algo más, dime —regreso a la barra—. Buenos días señor ¿Qué le puedo ofrecer?

Regreso la vista al ventanal frente a él, observando a los niños reír por la nieve que caía del cielo, mientras sus padres los toman de las manos, riendo con ellos y jugando.

Padres.

No sabe que es tener uno.

—¿Esta ocupado?

A su lado está el hombre que entro hace un momento.

—Para nada —sonrió.

Se sentó a su lado y retiró su bufanda junto a su gorro moteado.

—Buen clima ¿No cree? —comento.

—Si te gusta el frío, lo es —el hombre froto sus manos ocultas por los guantes.

—¿No le gusta el frio?

—Prefiero un clima templado, ni caluroso o frío.

—Entonces vives en el lugar incorrecto —se rio—. Estamos en Noruega.

La isla de los sueños - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora