IV

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El viento rugía con más fuerza mientras el grupo se acercaba al borde del acantilado. Luffy sonreía con el pulso acelerado y la adrenalina recorriendo su cuerpo. Por fin llego a la cima. El mundo entero se extendía ante él, y no podía pedir un escenario más épico.

Se sentía en ese trono imaginario, conquistando todo y a la vez nada.

A su lado, Zoro, siempre sereno quien compartía la misma sonrisa cargada de emoción, mientras que Sanji, justo detrás, mantenía a Usopp firme, sujetándolo por el brazo con una mezcla de paciencia y fastidio.

—No puedo creer que estes a punto de hacer esto... —murmuró Usopp, luchando por mantener la calma. Sus piernas temblaban y sus ojos no podían apartarse del abismo que se extendía ante ellos.

El resto, un poco más prudente, había decidido no subir. Nami, con una mezcla de preocupación y exasperación, había tratado de convencer a Luffy de no hacer locuras. Pero cuando Luffy tenía una idea en la cabeza, detenerlo es casi imposible.

—¡Esto es de locos! —gritó Bartolomeo con emoción, quien se colocó al otro lado de Luffy, admirando el paisaje—. ¡Nunca pensé que llegaría a este punto, y mucho menos junto a ti!

Luffy soltó una risa despreocupada, pero en sus ojos brillaba la chispa de la aventura.

—¡Empecemos! — exclamó con un entusiasmo desbordante.

Sanji, que ya había soltado a Usopp, encendió la cámara, listo para capturar cada momento de la hazaña, iniciando en cuanto Luffy le dio la señal.

—¡Hola a todos! — saludo Luffy a sus fans—. ¡Estamos en directo desde los Alpes!

Usopp, todavía algo tembloroso, echó un vistazo a la pantalla de su teléfono, viendo cómo el contador de espectadores en Twitch aumentaba rápidamente.

— ¡Siempre quise hacer esto! —Luffy continuó, agitando los brazos en un gesto amplio—. Pero no lo haré solo. ¡Hoy me acompaña Barty!

El hombre se unió a Luffy en la toma, saludando con una sonrisa.

—¡Es un honor estar aquí contigo! —dijo, su voz temblando un poco de la emoción—. Siempre te he admirado y poder compartir esta experiencia contigo es algo que jamás olvidaré.

Luffy le dio una palmada en el hombro, sonriendo con esa confianza inquebrantable que lo caracterizaba.

—Me alegra que estés aquí, Barty ¿Estás nervioso?

Bartolomeo soltó una carcajada.

—¿Nervioso? ¡Para nada! —exclamó—. ¡Estoy más emocionado que nunca!

Luffy asintió con satisfacción y miro hacia la cámara una vez más.

—¡Entonces, hagámoslo!

Ambos comenzaron a colocarse los paracaídas. Zoro, quien había permanecido en silencio hasta ahora, revisó cada hebilla y cuerda, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado. Mientras tanto, Sanji ajustaba las cámaras en sus cascos, explicando rápidamente a la audiencia cómo estarían capturando la caída desde varios ángulos, con cámaras distribuidas por todo el trayecto.

El grupo se acercó al borde del acantilado con el viento azotándolos con fuerza. Bartolomeo miró una última vez hacia Luffy, buscando ese impulso final de valor.

—Tres... —contó Luffy, con esa sonrisa enorme que desafiaba al mundo—. ¡Dos...!

—¡Uno! —gritó Bartolomeo con todas sus fuerzas, dejándose llevar por la adrenalina.

Saltaron.

Saltaron

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La isla de los sueños - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora