.˚ׅ ❛ capítulo uno
the dream ❜𓈒˙━━━━━━⋆ ˚。⋆🌕⋆ ˚。⋆━━━━━
La noche de la luna, ilumina ya bastante mi rostro cuando estoy abriendolos y volviendo a cerrarlos en una pesadilla. Aunque no es una pesadilla, supongo que esté sueño es tranquilo.
Parece que estoy en una clase de pasillo de la escuela, pero las luces que me ciegan no me permiten confirmar nada. Estoy mirando detrás de mi, siento una presencia que me persigue desde el otro pasillo, pero no hay nadie, no hasta que vuelvo la vista y choco con una segunda persona.
—Lo lamento— murmuro, sacudiendo la cabeza en un intento de eliminar tanta luz.
El chico no responde, solo me toma por los hombros con fuerza y luego se va, sin poder verle el rostro si quiera.
Entonces la luz se hace más y más potente, de modo que el sol me hace despertar de aquel sueño. Estoy boca arriba, con la mirada en las mariposas rosas de papel que cuelgan del candelabro en mi habitación, que está llena de silencio está mañana.
Me quedo un buen rato ahí, haciendo memoria de mi sueño, cuando decido que es buen momento para ponerme de pie y correr a darme una ducha. Bostezo un par de veces pero logro terminar con el maquillaje y mi vestuario casual de este día. Bajo de los escalones con mi bolso lleno de maquillaje y me cruzo con Margo, mi niñera desde que tengo unos cinco años.
—¡Espera, espera! ¿A dónde vas?— me inquiere ella.
—Ire a visitar a Lydia al hospital— le respondo, tratando de huir otra vez.
—¿A está hora?
Frunzo el ceño —Son las siete de la mañana, además lo habíamos hablado ayer— recuerdo, tratando de sonar convincente para que me dejase ir.
Ella se recarga sobre el comedor, mirándome directamente a los ojos mientras junto las palmas de mi mano y cierro los ojos como si pidiera un deseo. Escucho a Margo bufar rendida.
—Esta bien, corre antes de que me arrepienta.
Sonrió, tomo mi bolso contra mi cuerpo y salgo corriendo sin antes gritarle: —¡De ahí me iré a la escuela, así que no me esperes!
—¡Te quiero aquí para cenar!
Cierro la puerta detrás de mi, abro el auto que mi padre me regaló al cumplir quince, con más tranquilidad y me monto en el, conduciendo gracias a Margo, sus clases de manejo fueron de mucha ayuda.
El hospital no está demasiado lejos pero tampoco tan cerca, por lo que pasan unos diez minutos más otro cinco buscando estacionamiento y por fin camino por los pasillos blancos y las luces fuertes. En la recepción pregunto por mi amiga: Lydia Martin y me dirigen hasta su habitación, aunque toco primero la puerta antes de darme cuenta que no soy la única que viene a visitar a Lydia.
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heat waves ⌇ isaac lahey
Diversosheat waves Beacon Hills no es un pueblo normal, es un lugar supernatural rodeado por muchísimas especies que rodean a los adolescentes, adultos y a los habitantes en general. Dáire Fitz es una estudiante popular, con un futuro planeado en una univer...