CARLA

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Era la fecha de nuestro aniversario,
mi esposa estaba preciosa,
pero la perra de mi secretaria
no había querido mamármela.

Así que mi esposa
sería cogida con tal violencia
como venganza,
que desconocería a su esposo.

Sería como un asesino,
apuñalándola sin sentimiento alguno.
Mi arma estaría entre mis piernas,
y mi víctima, esa noche, sería toda su piel.

Solo quería usarla,
maltratar su culo,
chupar su coño
hasta que mi saliva se acabara.

Y como postre,
le daría mi semen
como si de tequila se tratara,
hasta que su garganta se quemara.

Llamas ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora