Allí estaba, con su falda negra,
la mujer más orgullosa,
con esos ojos color café,
cabello color cenizo.
Su desdén por mi es enorme,
mi odio por su cuerpo lascivo;
su voz dulce es solo comparable
con las ganas de causar sus gemidos.
Apuñalarla sin consideración,
que su cara de perra engreída
se transforme ante un orgasmo,
ser su causa y su fin.
Tener esos ojos
viéndome a través de los cristales,
a la altura de mi cintura,
su boca envolviendo mi carne.
Mientras jadeo,
como tanto le gusta,
sostengo la poca dignidad que me queda;
todo sea por cumplir mi promesa, mi venganza, mi destino.
Ella ama lo que escribo,
su sexo es solo una compensación
por ser ella la primera en leer mis manuscritos,
deleitarse mientras pienso en otra y escribo
cosas que hice o que quiero hacerle en la habitación,
mientras a ella solo me limito a lo básico.
ESTÁS LEYENDO
Llamas ocultas
PoetryAdéntrate en un mundo donde la sensualidad se convierte en arte y los deseos obsesivos se desnudan en cada verso. Llamas Secretas es una colección poética destinada a un público adulto, donde la pasión y el anhelo se entrelazan en una danza íntima y...
