ii. unico

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— ERAN LAs doce y media del medio día de un miércoles y Gojo no podía dejar de verlo, suguru no puede estar más harto de esto

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ERAN LAs doce y media del medio día de un miércoles y Gojo no podía dejar de verlo, suguru no puede estar más harto de esto. Ver a gojo mirar a ese chico pero sin hablarle sin siquiera intentar disimular que le en encantaba, por eso mismo golpeó la mesa del comedor de la preparatoria haciendo un ruido audible para todos y dijo

  —¡ Joda en mi casa el viernes , y todos están invitados! Más que todo tu hadeki-kun. —  el mencionado lo mira sorprendido no podía creerlo, de hecho nadie, se sabía que el era alguien estudioso, callado, que no salía a fiestas  y por supuesto que el gran satorū gojo estaba detrás de el como uno de sus pretendientes.

Todos parecían notarlo menos... él.

Ren no sabía diferenciar la amabilidad y el coqueteo de satorū, aunque este nunca fue amable. Siempre iba con claras intenciones de coquetear pero ren era muy tímido como para corresponderle.

— Está bien, iré a tu fiesta suguru - senpai — respondió a su invitación de manera positiva lo que hizo sonreír a satorū, el definitivamente no iba a faltar a esa maldita fiesta.

El viernes era el día donde tendría los cojones para declararse, si no era el viernes no era nunca, si se tardaba perdería a ren gracias a la gran cantidad de pretendientes que tenía sin que se diera cuenta.

Tenía de todo tipo pero ninguno como satorū, el era alto, millonario heredero de un gran empresa como lo era gojo enterprise, músculos, ojos y sonrisa perfecta, alfa puro — de los cuales quedan pocos —, coqueto, el era simplemente perfecto.

Y satorū podría tener muchas Omegas de tras de el pero nadie se compara a su Ren, cuerpo perfecto para el gusto de satorū, pequeñas tetas perfectas para las manos de satorū, una pequeña cintura que podría rodear con un solo brazo, un trasero respingón justo y lo necesario, hijo menor de una familia rica, lo quiere decir que es el consentido de la misma.

Esto era lo que satorū más deseaba, consentir al Omega en todo lo que el le pida, el haría lo que fuera con tal de sentir esa corriente escalofriante en espina dorsal cada vez que su chico le regalaba una bella sonrisa.

Aunque ninguno lo note siempre buscaban la atención del otro, ya sea un abrazo sorpresa — entiéndase por parte de satorū — o algún postre como muestra de agradecimiento — entiéndase por parte de Hideki —, siempre buscará mezclar eso deliciosos olores como es el café y el chocolate.

Aunque ninguno lo note siempre buscaban la atención del otro, ya sea un abrazo sorpresa — entiéndase por parte de satorū — o algún postre como muestra de agradecimiento — entiéndase por parte de Hideki —, siempre buscará mezclar eso deliciosos olo...

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