Capítulo XX

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Kurama

A siete meses de la huida de Konoha

-Kurama, ya tenemos el control de Suna- informa Shukaku.

Miré el bosque que rodeaba la recién restaurada torre de Uzu. La vegetación había seguido su curso y se había estado comiendo la ciudad abandonada con el paso de los años. Tanto tiempo había pasado desde que el último Kage de Uzu fue asesinado y con esto la era de las guerras volvió a comenzar. Uzu significaba muchas cosas, la más importante, poder. El poder de Uzu siempre hizo temerosas a las Naciones Elementales, los Uzumaki se volvieron engreídos y bajaron la guardia, el resultado fue terrible pero ahora esa historia pasada nos daría un nuevo inicio y esta vez me aseguraría de estar a la cabeza junto a mis hermanos.

-Lo mismo con Kumo- Giré mi cabeza hacia atrás ligeramente, Gyuki estaba al centro de la oficina kage, su ceño fruncido- No traicionare aún más a mi jinchuriki, Kurama.

-Tendrá una mejor vida, hermano. No tienes por qué preocuparte- aseguré.

-Lo sé, Kurama. Me aseguraré de que sea así- Miré la oficina con calma. Los nuevos muebles de madera oscura adornaban perfectamente el lugar y una alfombra beich hacia contraste en el piso de mármol. Miré a Gyuki con detenimiento, sin prisas. El tono que había usado me disgusto, una amenaza se proyectaba fríamente sobre sus palabras. Entrecerré los ojos, una mirada fría dirigida hacia Gyuki y mi chakra inundando el lugar con velocidad.

-Ten cuidado con ese tono, hermano. He asumido mi rol y responsabilidad sin réplicas, he sido un hermano mayor ideal, Gyuki. No desafíes mis límites porque te aseguró que no tengo enemigos existentes para que relaten las consecuencias- mi voz soltó las palabras con un borde peligroso y las sombras creadas por mi chakra acompañaron mi propia amenaza.

Matatabi interrumpió, mirándome con cautela- ¿Kurama? -le di un asentimiento, invitándola a continuar con su pregunta- ¿Cuándo despertaras a tu jichuriki?

-Pronto- respondí cortante. Naruto era mi asunto y sólo mío -Encárguense de los preparativos para ir contra Konoha.

Me moví a través de la habitación, alejándome del ventanal, mientras pasaba a un lado de Gyuki lo empujé con mi hombro, susurrándole una ligera amenaza- Compórtate o tú juguetito lo sufrirá- con unos pasos más llegué a la puerta, di una última mirada a la habitación y mis hermanos y cerré la puerta.

Una vez fuera de la habitación dejé mis hombros caer y parte de la tensión en mi cuerpo disiparse, lidiar con mis hermanos ciertamente no era fácil, especialmente con Gyuki. Gyuki al ser el mayor después de mí siempre había tenido un carácter difícil e impredecible en ocasiones y a pesar de que trataba de afrontar las situaciones con una personalidad flemática había veces en las que tenía que poner a Gyuki en su lugar o simplemente no entendería.

A un paso calmado fui avanzando por los pasillos que se extendían por toda la torre, tenía que llegar hasta el sótano en una nueva sección que había desarrollado, exclusivamente para mi pequeño zorrito. Las cosas habían tomado su tiempo, pero finalmente empezaría a cosechar todo el esfuerzo y tiempo invertido.

El primer paso después de abandonar Konoha había sido crear mi propio cuerpo hecho de chakra, lo mismo se había aplicado con mis hermanos. Después me encargue de crear esta pequeña zona de experimentación en el sótano de la torre, una capsula al centro, paneles de control, una camilla y una pequeña bodega dentro para almacenar todos los químicos. Nada demasiado exagerado.

La vista de la robusta puerta de metal me trajo de vuelta a la realidad. Dejé caer una pequeña gota de chakra sobre está y la moví dando paso a unas estrechas escaleras, antorchas resolvían el asunto de la iluminación dando el extra de un ambiente sombrío por las sombras proyectadas. Al llegar hasta abajo el laboratorio se abrió paso y una sonrisa se abrió paso en mi cara. Naruto se encontraba al centro del laboratorio en la capsula, su cuerpo conectado a diversos cables que ingresaban diferentes sustancias a su cuerpo.

Unión forzada / Kyunaru_ KuranaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora