El rubio desconocía que se podía desfallecer de placer, hasta ese momento.Embestidas tras embestidas, lo dejaban sin aliento, ya no sentía sus brazos de tenerlos tanto tiempo esposados a la base de la cama, y no sentía las piernas de tenerlas tanto tiempo abiertas recibiendo las devastadoras penetraciones sin piedad del bailarín... Y ya sentía que no tenía voz, de los fuertes gritos desgarradores que ha dado al recibir un miembro tan grande en su cavidad anal, definitivamente eso dejaría consecuencias al otro día.
—Oh mierda— Una embestida —Jimin...— Otra embestida —Que rico te sientes— Y otra embestida —Jodeeer!— Otra embestida para luego tomar deliciosamente los labios del rubio.
El rubio trato de seguir el ritmo del beso tan hambriento que estaba recibiendo, en medio de cada beso no hacía más que soltar quejas lastimeras junto con sus lágrimas de excitación.
Le estaba doliendo como la mierda, pero le estaba encantando a niveles insanos, quería morir ahí, siendo felizmente penetrado por ese hombre tan perfecto que disfrutaba cada centímetro de su cuerpo.
La cereza del pastel fue cuando el azabache tomo la erección del rubio y la comenzó a estimular al compás de sus movimientos en su interior.
—Noo! No... No puedo, aaaghs detenteeee, aaah me veng... Aaah
—Vamos! Correte para mí, bonito, vamos.
Eso fue todo.
Él solo era un simple mortal.
Y podía jurar que un Dios griego era quien lo estaba follando.
Llegó a su segundo orgasmo, resumido a jadeos y espamos.
Dichos espasmos hacen que apriete sus músculos anales, dándole una divina estrechez al azabache quien no desaprovecho, embistió más rápido en él, solo bastaron 3 embestidas más y se corrió fuertemente, llenando el condón a más no poder dentro del pequeño rubio.
Con la respiración agitada se estiró para liberar de las esposas los brazos de Jimin, para luego salir de su interior poco a poco, sacándole un pequeño gemido de sus labios.
Se puso de pie y vio que el pequeño cuerpo del rubio era un desastre, sudado, lleno de semen, con sus cabellos dorados revueltos, aún con pequeños espasmos y casi todo su cuerpo marcado, en fuertes mordidas y chupetones, juraría que el rubio se espantara cuando vea en las condiciones que dejó su delicado cuerpo.
—Ah... Que... ¿Que haces?— Pregunto el rubio al sentir como el más alto lo cargaba en sus brazos.
—Voy a limpiarte, Jimin. No creo que puedas hacerlo tu solo.
Sin decir más, el mayor tomo a Jimin en sus brazos y fue hasta un pequeño baño para limpiar un poco su cuerpo, con delicadeza paso una toalla húmeda por todo su cuerpo, de último limpio su pene y su trasero. Una vez ya lo había limpiado perfectamente lo volvió a cargar y este se dejó hacer, estaba muy cansado y maleable. Lo dejo de nuevo en la cama y lo miro fijamente durante un tiempo, hasta que se decidió iniciar a dejar húmedos besos por toda la longitud de su cuello.
—Mmmgh oye, detente— Dijo más como un suspiro, pero ¿Realmente quería que se detuviera? Si le estaba devorando tan deliciosamente el cuello y pecho.
—No puedo, si realmente solo te tendré hoy entonces déjame disfrutarte más.
—Pero... Mmmh, yo... Yo ya no puedo más.
—Si que puedes, y tranquilo, no hagas nada, déjame a mi hacerte disfrutar a ti... Aún falta 1 y lo sabes.
Dicho eso el rubio se dió por vencido, le permitió al azabache devorar su cuerpo, bajo la mirada y se estremeció con la vista que tenía, ese enorme hombre tan sexy comiéndose sus pezones y bajando sus besos dejando un camino de chupetones por todo el centro de su abdomen hasta llegar a su vientre bajo, donde el azabache se despego de su piel para dedicarle la mira mas lujuriosa que el rubio haya visto en su vida, se sentía muy deseado y eso le estaba encantando.
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Take me (Kookmin) +21 Concluida
Short StoryJimin conoce a Jungkook cuando es obligado a ir a un club gay. Cansado de lo monótona de su vida, decide arriesgarse un poco con aquel sexy hombre que trabajaba como bailarín profesional en dicho lugar. Historia corta. Homosexual. Jungkook Top. Jimi...