Capítulo 3

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No hubo tiempo para pensar en algo, las dos personas que me habían recibo me guiaron a lo que sería mi habitación, no mediamos palabra alguna, una vez dentro de ese espacio la puerta se cerró atrás de mi y quedé sola. Afortunadamente no entraron, cuando escuché que esa mujer dijo "vistanla" con ese tono y esa mirada me imaginé lo peor, no aguantaba una humillación más, quizá no sabia hacer muchas cosas, pero vestirme y estilizar cualquier cosa, eso se me daba muy bien.

Me sentía absolutamente abrumada con lo que estaba pasando, no sabía ni siquiera que hora del día era, empezaba a fastidiarme con mi padre, y para aumentar esta sensación noté que la habitación que me habían asignado era 3 veces más pequeña y 5 veces menos agradable  que mi anterior recámara.

La iluminación era pésima, y nada que hablar de la decoración, parecía estar dentro de una película victoriana de bajo presupuesto, no soportaba el color de las paredes, ¿quien elige un tono verengena cuando no hay buena iluminacion?, y el piso, ¡que horror!, comoletamente cubierto de una alfombra espantosa, ¿puede haber algo peor que el mismo apocalipsis?, si, el mal gusto.

En la oscuridad pude encontrarle forma a algo, era un closet de buen tamaño, no podía creer lo que estaba viendo, había por lo menos 10 trajes del mismo corte que la habitación, Dios mío, ¿acaso no conocen la comodidad?, lamentablemente no pude encontrar algo mejor, era todo lo que había. Decidí vestir un traje con un corpiño en terciopelo muy elaborado, se ajustaba bien al cuerpo, la falda era amplia y algo pesada, también ubique dos zapatos de tacón corto para compañar y me puse un sombrero que no me convencía del todo.

Me miraba en el espejo intentando procesar lo que veía cuando escuché el tintineo de una campana, poco después me pareció escuchar puertas que se abrían y se cerraban, ¿sería posible?.

Sinceramente no tenía ganas de ponerme modo exploradora, el día había sido agotador, no sentía hambre ni sed, lo cual era extraño, pero no tan raro como este lugar. No sabía cual sería la dinámica del refugio, y por lo que había visto antes no quería averiguarlo, podrían llamarme paranoica, pero no tenía un buen presentomiento de esto, casi lamentaba haberme quejado tanto con mi papá.

Había decidido quedarme en esa habitación, me recosté en la cama para descansar un poco y me quedé dormida, me desperté de un salto cuando escuché que la puerta de la recámara se abrió de golpe, aún dormida pude reconocer un rostro.

La mujer, como se llamase entró sin decir algo, con ella también entró una mujer unos años mayor quien cerró la puerta tras de sí.

- V: ¿Qué le hace pensar que puede llegar a este lugar y empezar a hacer su voluntad? - dijo ella con una voz grave sosteniendo el bastón con las dos manos.

O: Elabore mejor su idea, no entendiendo a que se refiere - le respondí levantándome de la cama.

Pude notar que mi respuesta la incomodó ya que con su acompañante intercambiaron miradas las cuales tampoco pude comprender.

V: Quizá piense que por ser hija de no sé quién tiene la libertad de llegar a mi espacio y alterar el orden, y quizá piense que voy a tolerarlo, pero ni lo primero ni lo segundo ocurrirá - comentó ella dejando un largo silencio para acercarse a mí.

Ahora podía ver mejor su cara, su cabello estaba delicadamente tetocado, sus facciones me causaban algo de intriga, especialmente sus enormes ojos, realmente no eran grandes, no sabría como definirlo, no había piedad en ellos, tampoco emoción, su mirada era compleja, transitaban entre ser ojos de cazador y ojos de presa, eran fascinantes. No pude continuar mi recorrido, de momento me sentía un poco enferma, mareada tal vez, pocos segundos después recobré la compostura, y recordé las palabras de ella.

O: Soy hija de Enzo Atpkha,dueño de la mitad de los refugios existentes al rededor del globo terráqueo, dueño posiblemente de este lugar también, esas condiciones me hacen tener privilegios los cuales superan los suyos, los de su acompañante y seguramente los de las demás personas que se encuentran aquí. No debería desgastarme, porque usted ya sabe esto, entiendo que mi padre quiere que viva esta experiencia pero se lo aseguro - le dije dando dos pasos al frente - yo no necesito niñeras, y menos a una que se ve como Carmilla con el pelo recogido y pésimo gusto en moda.

No pude ni siquiera pensar en mi última intervención cuando sentí la palma de la mano de la persona que tenía al frente contra mi mejilla; estoicamente me recuperé del golpe y volví a mirarla, esta vez sin tanta seguridad como la última.

O: Vaya, el dolor es una cosa maravillosa, refrescante diría yo - le dije con una sonrisa mientras pasaba mi lengua por los dientes intentando buscar el sabor de la sangre.

La expresión de ella cambió levemente en cuestión de segundos, fue casi imperceptible, ¿estaba sorprendida?, quizá intrigada, en todo caso no le agradó mi insolente respuesta, su bastón se estrelló con el piso, entonces entendí que realmente la había enfadado, hubo de nuevo un par de miradas con la otra mujer que no se había movido un milímetro de su lugar, y en ese momento, sentí algo de terror.

No importaba, era la primera emoción real que sentía desde que todo esto había empezado y casi agradecía que todo esto hubiera ocurrido, sin embargo era consciente de que los psicópatas existían, y no podía dar fe de que las dos extrañas que se habían encerrado conmigo gozaban de estabilidad emocional y mental.

V: Señorita - añadió la señora- en este lugar va a encontrar de todo menos maravillas  - posteriormente se dio la espalda y comenzó a evacuar - se suponía que le iban a llegar instrucciones detalladas de cómo se manejan las cosas acá, reglas y horarios pero acabo de notar que eso no sucedió, disculpe el inconveniente - agregó ella.

- O: ¿El inconveniente es la palmada que me dejó vibrando la cabeza o su falta se organización? - le pregunté con tono sarcástico.

Observé que se quedó pensando en lo que le había acabado de decir, y sin mucho vacile respondió " lo segundo", y sin más cerró la puerta con un sonido contundente.

Sí, seguramente no iba a disfrutar estar en este lugar, sin embargo, ¿hasta dónde podrían llegar mis límites y los de ella?

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¡Hola!, nuevo capitulo, espero les guste.

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